Un Baskonia enorme gana al Madrid; Ayón tuvo 16 puntos
Los blancos siguen sin ganar al equipo vitoriano en Europa (0-3). Remontaron 17 puntos por la fuerza de Doncic, pero naufragaron al final. Blazic, Voigtmann y Hanga, decisivos.
Que el Baskonia saliera guerrero entraba en el guion. Pero que hiciera semejante demostración de carácter, derroche físico, ambición y talento sin dos de sus mascarones de proa (Bargnani y Beaubois, ambos lesionados) epató a cualquiera que viera el espectáculo. Sus jugadores salieron a comerse el partido a dentelladas de tiburón. A compensar las ausencias con determinación y a exprimir toda su calidad, aún muy elevada pese a las bajas. En el último cuarto pintaba que no alcanzaría la orilla en tiempo y forma tras la reacción del Madrid, que primero había remontado 17 puntos (28-45) y después se había puesto ocho arriba a falta de cinco minutos (81-73). Oro parece plata no es.
Un genial Jaka Blazic (21 puntos y el triple definitivo) muy bien acompañado por Adam Hanga (diez tantos en la segunda parte, cuando más se le necesitaba) y la perla alemana Johannes Voigtmann (18, 11 rebotes y 26 de valoración) perpetraron con éxito el asalto a la Casa Blanca. A estas alturas de viaje, el Baskonia nunca ha perdido en Europa frente al Madrid (3-0). Baño de autoestima para relanzar su enésima reconstrucción, volátil y virtuoso a la vez. Vender y perder jugadores, seguir en la cima. Ese es su secreto.
Entre Voigtmann y Shengelia por dentro (aunque también generaban espacios con su movilidad y, en el caso del alemán, con su lanzamiento exterior) y el omnipresente Blazic, que se anticipó como nadie para leer los agujeros defensivos y cortar, penetrar o lanzar liberado según la ocasión, destrozaron al adversario. Literal: 28-45, minuto 15. Solo Ayón daba respuesta ofensiva (12 puntos en ocho minutos), que no defensiva. Mal atrás el Madrid, peor en el rebote y a destiempo en ataque. La bola de nieve cogió cuerpo y pendiente y entre los méritos de unos y el carrusel de despropósitos de los otros parecía que la inercia sería imparable.
El Real, sin embargo, entendió a tiempo lo que le faltaba: ardor guerrero. Luka Doncic se puso la cinta de samurái en la frente para obrar la remontada. Levantó la nave camino del precipicio en un mal día de Llull (0 de 17 en triples en sus tres últimos partidos). El esloveno se sentó con empate a 71 y volvió con 82-81. Entremedias, cinco tantos de Carroll y dos acciones de Hunter amagaron con sentenciar (81-73). El Baskonia lo impidió al grito de carácter. Y calidad, la de su plantilla. Al Madrid de la exuberancia en la zona quizá le falte una pieza ofensiva útil en el perímetro. Entre Draper, Taylor y Maciulis agruparon cero puntos. Y por cierto, los tres locales que cayeron este martes en la Euroliga (añadan al Darussafaka y al Efes) firmaron 87 tantos. La anotación se dispara y ya solo quedan dos invictos: CSKA y Fenerbahçe, los favoritísimos.