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MOVISTAR ESTUDIANTES 88 - REAL MADRID 96

Carroll define el derbi con 24 puntos; Ayón aportó 10

Muy buen partido del Estu, que no pudo con la pegada del Madrid en la segunda parte: 59 puntos, 16 de Carroll en el último cuarto. Gran actuación de Ayón.

Madrid
Gustavo Ayón tapona a Jaime Fernández.
EMILIO COBOSDIARIO AS

El Movistar Estudiantes mostró una de sus caras más lucidas en el derbi ante un Madrid que no estuvo fino. ¿Resultado? Los blancos resolvieron con 59 puntos en la segunda parte, 16 de Carroll en el último cuarto para dar brillo al gran trabajo de Felipe Reyes.

La pegada blanca, plomo macizo como los soldaditos, condenó a los colegiales, que aun así aguantaron vivos hasta el último acto (68-68). Vivitos y coleando por la magnífica actuación de Edwin Jackson (15 tantos en el tercer periodo). El francés se alió con su compatriota Traoré –sí, por fin él- y superó entonces a todos sus defensores. Ganó el reto exprés a Rudy: 11 en el mismo tramo. Pero el Real ya se había ido hasta los 33 puntos en el tercer parcial y no hubo rebufo salvador para el Estu.

Antes de la aparición majestuosa de Carroll era Anthony Randolph quien sobrevolaba el derbi. Inalcanzable para sus rivales por coordinación, tamaño y clase, aunque los del Ramiro compensaron a ese espectro que les martirizaba (desafío imposible para Page) con deseo y la inteligencia propia de una plantilla veterana. Leyeron bien el desafío y cuando Randolph se fue al banco entraron de nuevo al derbi, y sin llamar.

La primera parte resultó extraña, un pulso a tirones, con cambios continuos de inercia. Ahora yo, ahora tú… La puesta en escena de los locales fue excelente. Lo dieron todo y jugadores como Cook, Jackson, Grimau y Savané atacaron con tablas la defensa blanca: 17-12.

Cuatro minutos después el Madrid ganaba por diez (17-27) tras un parcial de 0-15. Parecía el principio del fin por la diferencia física y de talento entre ambos equipos. Randolph planeaba por encima de todos (11 puntos, 2 recuperaciones, 15 de valoración y la jugada del partido, un matazo tras robo de balón, en 10 minutos). Pero se sentó, también Ayón, en eficiente labor sin alharacas, y el derbi siguió de una pieza. El corazón colegial le permitía dominar el rebote y forzar ocho pérdidas a mitad de combate. Por entonces, empezó también a embocar sus tiros (4 de 8 de tres en el segundo cuarto por 1 de 7 en el primero). La respuesta al 0-15 tuvo una contundencia parecida: 23-7 (40-34).

El Madrid se apocó y Laso motivó a los suyos al descanso para que replicaran con la versión de los puños de hierro. La que lideró Carroll mientras volaba como una mariposa. KO a un gran Estu y liderato en solitario, el único invicto ya de la Liga Endesa. Al final, eso sí, no se entendió que el Madrid pidiera un tiempo muerto a falta de once segundos, que suele ser mal visto, y Llull decidiera no jugar el balón.