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VILLARREAL 3 - OSASUNA 1

El Villarreal de Jona Dos Santos ya es el líder de la Liga terrenal

Pato, Bruno y Sansone tumban con sus goles al colista y dan al Submarino, invicto, su victoria 250 en Primera. El mexicano Jonathan Dos Santos jugó 27 minutos.

México
El Villarreal de Jona Dos Santos ya es el líder de la Liga terrenal
Domenech CastellóEFE

Cuarto el año pasado y semifinalista en Europa, parecía que al Villarreal sólo le esperaba la decadencia este curso. Su verano movido y la eliminación de Champions no hicieron más que confirmar este pensamiento distorsionado. Sin embargo, la cordura de Escribá, el hambre de Bruno y el desequilibrio de Castillejo han resucitado al equipo en tiempo récord.

El Submarino, invicto, logró ante Osasuna su victoria 250 en Primera, sigue siendo el único equipo de LaLiga Santander que no ha ido por detrás en el marcador y ya es el líder del campeonato terrenal, ése que se disputan todos menos el Madrid (primero), Barça (2º) y el Atlético (3º). Su pegada en el primer tiempo volvió a ser fundamental.

A ratos pareció un rayo. Sobre todo al inicio. Su paso por el Bernabéu, donde muchos salen tiroteados, le ha dado alas. Aún le falta regularidad y le sobran demasiadas intermitencias. Curiosamente el primer gol, el de cabeza de Pato, le frenó. Osasuna, mermado por las bajas y los defectos, reaccionó y jamás se rindió.

Ni siquiera cuando encajó dos tantos más antes del descanso por su falta de agresividad y por sus goteras en la izquierda. Uno fue tras un penalti transformado por Bruno. Y el otro, después de una jugada de manual que ensalza a un pletórico Castillejo, el ideólogo, y revaloriza la definición de Sansone, el ejecutor. Sergio León, la perla de este Osasuna, se inventó después una jugada en el último minuto del primer tiempo que retrató a Álvaro por dos veces. Primero por el caño y después por el penalti. Roberto Torres puso emoción desde los once metros.

Osasuna apretó de lo lindo hasta el final en busca de su primer y necesitado triunfo. Es difícil tumbarle. Pero le falta tener al menos la mitad de talento (y chequera) que su rival. Con lo que tiene, demasiado hace. El Villarreal olvidó su alegría y la portería. Menudo segundo tiempo... Se mostró preocupado. Escribá tuvo que mirar a su espalda en busca de revulsivos. Ahí encontró a Jonathan para cambiar el 4-4-2 en un 4-2-3-1.

Cheryshev también levantó la mano en el banquillo, así que tuvo tiempo para aportar desborde. Osasuna, impotente, no hacía más que resoplar con cada cambio mientras se aferraba a Sergio León y al balón parado. El dinero no dará la felicidad, pensará Enrique Martín. Pero da bastantes puntos.