Hamilton y la salida que le costó la victoria: "No fue un error mío"

Otra vez una pole arruinada por una mala salida. Parecía que Hamilton había dejado atrás los flojos comienzos que tuvo al principio de la temporada y que le costaron la victoria en tres de la primeras cinco carreras (en Australia, Bahrein y Montmeló), pero no. Cuatro meses después volvió a patinar al apagarse el semáforo, viendo cómo Rosberg ponía tierra de por medio y le arrebataba la segunda victoria tras el verano. Un error que no fue culpa de Lewis ni de nadie, según palabras del británico.

Así lo explica: "Me han dicho que no fue un error del piloto, que no fue un error de nadie. Seguimos teniendo cierta inconsistencia con nuestro embrague, como también se pudo ver con Nico en Hockenheim. Me ha perjudicado mucho este año". Es más, no es que Hamilton no cometiera un error, sino que lo hizo todo perfecto: "Me dijeron que el procedimiento se hizo exactamente como se suponía que debía hacerse, pero por desgracia las ruedas patinaron desde el primer momento".

En resumen, el embrague no funcionó como debía y no pudo controlar la fuerza del par motor, un fallo que está siendo el más común este año en Mercedes y que no tiene fácil arreglo: "Este año ha sido difícil para nosotros con nuestro embrague. Van a estar trabajando muy duro. No es una solución rápida, algo que se pueda cambiar para la próxima carrera. Hemos hecho mejoras, salimos mejor, pero todavía estamos atrapados en una variación aleatoria que tenemos de una carrera a otra".

"Os puedo asegurar que el martes en la fábrica es de lo único que vamos a hablar, porque todo lo demás lo estamos haciendo muy bien. Así que vamos a tratar de aprender tanto como podamos para que no se repita en las próximas seis o siete carreras... No estamos sufriendo con poles, simplemente es al salir de la parrilla", concluye en su análisis el tricampeón del mundo. A Hamilton le ha tocado tres veces, a Rosberg sólo uno, ¿se equilibrará la balanza en esta lotería que ninguno quiere llevarse?