Bolt inicia su camino al séptimo oro con un tiempo de 10.07
El atleta jamaiquino debutó en los Juegos Olímpicos de Río con la cuarta mejor marca de los heats eliminatorios. Mañana, por la noche, semifinales y final de los 100 metros.
Llegó el 'rey' a los Juegos Olímpicos de Río 2016. Usain Bolt disputó y ganó, con relativa tranquilidad, su primer heat eliminatorio de los 100 metros planos en el Estadio Olímpico. El jamaiquino buscará ganar su tercera medalla de oro consecutiva en la prueba, para erigirse como el mejor velocista de todos los tiempos, si es que aún no lo es. Irrumpió en Pekín 2008, con récord mundial incluido, y conmovió en Londres 2012. ¿Podrá Bolt completar la trinidad?
El camino a Bolt rumbo al ansiado tercer hat-trick (pleno de medallas en 100, 200 y relevo 4 x 100 en los dos últimos Juegos Olímpicos) inició con un 10.07 en la penúltima eliminatoria (7) del turno matutino del sábado en Engenhão. La marca fue la cuarta mejor de las 24 clasificadas a las semifinales, detrás de los registros de Andre De Grasse (Canadá; 10:04), Youssef Ben Meite (Costa de Marfil; 10:03) y Justin Gatlin (Estados Unidos; 10:01).
El arranque de Bolt, su gran asignatura pendiente, le causó problemas en los primeros metros. Sin embargo, su endemoniada velocidad crucero le valió para remontar posiciones tras los primeros 50 metros. Por delante tenía al competidor de Bahréin de origen jamaiquino, Andrew Fischer, quien obligó a que Bolt apenas bajara el ritmo en la recta final. Sobre la línea de meta, el multimedallista volteó a ver a su rival, como para cerciorarse que terminó la prueba detrás de él. Y, quizá, para apuntar su número de competidor. Podría causarle un dolor de cabeza.
Mañana, a partir de las 7 de la noche (tiempo de México), Bolt volverá a aparecer en el tartán para correr las semifinales de los 100 metros planos. La conformación de sus rivales y su turno se hará pública horas antes de la prueba. De quedar entre los ocho primeros, accederá a la gran final, agendada para las 9 de la noche, dos horas después. Solo una sorpresa inconmensurable impediría que Bolt ocupe uno de los carriles en el momento cumbre de los Juegos de Río. Los de hoy fueron, tan solo, los primeros pasos de una nueva historia; quizá, la más grande de todas.