Galopada fantástica de Almaz Ayana en los 10.000 metros. Primera final de atletismo en los Juegos Olímpicos de Río y primer récord del mundo. La etíope se distanció pronto de sus rivales, exhibió una zancada magnífica y bella y llegó a la meta, tras doblar a muchas rivales, en un tiempo de 29:17.45, en la mejor carrera de diez kilómetros de la historia.
La plusmarca anterior estaba en 29:31:78, por la china Wang Junxia, discípula de Ma Junren, el entrenador que dopaba a sus atletas, que, según él, les administraba sangre de tortuga, y que fue apartado del equipo cuando aquello era ya insostenible. Sufrió un sospechoso accidente de tráfico, que casi le mata. Luego se ganó la vida paseando perros.
La carrera de Ayana fue fantástica, casi contrarrelój, sin liebres que le tirasen. Un récord excelente. Una demostración tremenda de superioridad.
Otrs tres atletas bajaron de los treinta minutos: fue segunda la etípe Vivian Cheruiyot (29:32.53). y bronce la etíope Tirunesch Dibada (29:42.56). El cuarto puesto fue para la keniana Alice Nawowuma (29:53,51).
La española de origen etíope y afincada en San Sebastián, Trihas Gebre terminó en el puesto 29º, con 32:09.67.