Pagar para informar: la cara oculta de esta Copa América
Ha sido el torneo más prohibitivo para los medios de comunicación sin derechos. AS te cuenta cómo se ha vidido puertas adentro esta edición conmemorativa de la Copa América.
Decenas de periodistas extirpados de sus credenciales, otros limitados a ser meros espectadores y reprochados por hacer su labor. Esta es la cara oculta de esta Copa América Centenario.
En mayo de 2015, el famoso escándalo del FIFAGate removió los cimientos del fútbol y el proyecto de Copa América Centenario estuvo cerca de esfumarse. Al menos, su celebración en Estados Unidos... Pero, más allá de lo conmemorativo y la simbólica unión del continente, el peso de la futura ganancia económica era demasiado importante como para obviar. Y con ese espíritu se pudo hacer un esfuerzo para llevar a cabo el torneo que finalizó con la final del domingo entre Argentina y Chile en Nueva Jersey.
Un 2 de diciembre de 2015, Conmebol y Concacaf emitieron el siguiente comunicado: “Anunciamos hoy que IMG y Soccer United Marketing (SUM) han sido seleccionados como representantes de los derechos comerciales de la Copa América Centenario 2016”. Las federaciones hicieron hincapié en que eligieron a IMG y SUM (el brazo de márketing de la MLS) por “comercializar los derechos”.
Por desgracia para los medios de comunicación ‘non right holders’ (NRH) que asistieron a este torneo, la ‘protección’ a los medios que pagaron derechos (RH) se hizo sentir hasta niveles surrealistas.
Las directrices de prensa de la Copa América Centenario dificultaron sobremanera la cobertura para los medios de comunicación sin derechos de transmisión. No obstante, el reglamento no fue homogéneo ni claro al principio. En las vísperas del partido entre México y Uruguay, disputado en el Estadio de la Universidad de Phoenix, la única restricción para la prensa fue la de transmitir en vivo cualquier evento oficial y cualquier incidencia dentro del estadio.
El control se endureció tras la primera ronda de la fase de grupos. En el Rose Bowl, el día en que se llevaron a cabo las conferencias de prensa de Osorio y Schäfer, los reporteros de Ibero 90.9, Juan José Ramírez, Enrique Beas y Erick Elola, fueron expulsados del estadio por grabar un vídeo en el túnel que conduce al campo de juego. El reglamento de medios explica que los medios sin derechos “no pueden grabar stand-up o comentarios en ‘zonas autorizadas’”, sin embargo, las únicas zonas que refiere dentro de esta categoría son la sala de conferencias y los costados de la cancha. La inspección recrudeció al llegar la tercera ronda grupal; en Houston, un camarógrafo y un reportero provenientes de la redacción de Univisión en McAllen no pudieron entrar al NRG Stadium, por portar una cámara de televisión no autorizada.
Las restricciones no solo comprenden las concernientes a los derechos de transmisión. En el Rose Bowl y en Levi’s Stadium, la dirección de la sala de prensa prohibió los festejos de los periodistas. “Es un área de trabajo”, justificaron. El más mínimo aplauso podría ser contestado con una llamada de atención. En el NRG Stadium, ni siquiera fue permitido tomar fotografías del Colombia-Costa Rica con el celular. Mucho menos publicarlas en redes sociales, a manera de información.
Mientras tanto, en Seattle, AS.com sufrió el acoso del delegado de prensa asignado por SUM a Ecuador. En la Universidad de Washington (lugar de entrenamiento de La Tri) quisimos grabar un video de nuestros colegas de profesión ecuatorianos para conocer sus pronósticos sobre el partido que iban a disputar USA y Ecuador. “Estas sesiones no sirven para hacer eso. Dejen de grabar”, dijo el delegado. Pese a estar sorprendidos, obedecimos al instante y quedamos con los periodistas en vernos por la ciudad para grabar su opinión en otro momento.
Lo chocante vino poco después. Ya con los jugadores recién llegados sobre el campo universitario, quisimos hacer un Facebook Live de Ecuador haciendo un ejercicio de estiramiento. Había un gran número de fotógrafos y cámaras grabando, pero al minuto llegó el delegado y, con nuestro periodista de espaldas, empezó a quitarle la credencial del cuello: “Te la confisco, se acabó”.
Sin previo aviso de nada ni consideración de todo lo que había supuesto para el enviado y nuestra empresa acudir a esta competición, ese delegado lo achicó sin justificación: “Estoy seguro de que ya conocías las normas”. Tras un forcejeo físico, el enviado tuvo que salir corriendo de la sesión. Todo por algo que en realidad no iba en contra de las normas establecidas al inicio (no restransmitir en vivo desde dentro del estadio — palabras contradictorias en este caso: dentro y estadio—). El reglamento de medios nunca prohibió las grabaciones en locaciones exteriores a las sedes oficiales del torneo.
La obsesión por premiar a los medios con derechos llegó a niveles nunca vistos. Incluso el todopoderoso ESPN se quejó formalmente y en directo durante el programa de Jorge Ramos y su Banda: “Les hablo desde aquí, en un párking desde lejos del estadio porque no me dejan hacer mi trabajo. Tengo una familia a la que mantener. Pero mi credencial me sirve igual que la de un aficionado con boleto”.
El gigante norteamericano tuvo que extenderse como nunca antes para poder cubrir un evento deportivo. AS habló con Edgardo Mattei. El productor ejecutivo de ESPN compartió las drásticas e inhabituales medidas a las que tuvo llegar el medio para ofrecer imágenes en condiciones para sus aficionados: "Tuvimos que alquilar un camión y un barco para que nuestros periodistas pudiesen trabajar y explicar a nuestros televidentes todas las novedades y últimas horas de la Copa América". Para Mattei e ESPN no se trataba de la primera vez que no poseían los derechos, pero no recuerdan nada igual: "'No fuimos bien tratados, cuando lo único que pretendíamos y buscábamos era dar la mayor y mejor cobertura del torneo".
En los demás torneos de magnitud, como la Eurocopa 2016, los medios con derechos pagan por el producto principal: retransmitir los partidos. Además de otros privilegios como entrevistas individuales con protagonistas y cabinas en lugares reservados. En esta Copa América, en cambio, los organizadores hicieron que la acreditación de los NRH (non-right holders) y de la prensa general no tenga valor.