Diario de la Copa América

Día 16 – La pesadilla

La tunda que recibió la Selección Mexicana en Santa Clara, tan descarnada como desgarradora, es un recordatorio de lo frágil que es el fútbol mexicano.

Día 16 – La pesadilla
Eduardo López
Periodista de reportajes y contenidos especiales de AS USA Latino/AS México, a donde llegó en 2015. Ha seguido a la Selección Mexicana de Fútbol por nueve países. Escribe sobre fútbol, baloncesto y política deportiva. Ha cubierto eventos como NBA, la Copa América Centenario 2016, Copa FIFA Confederaciones y la Copa del Mundo de Qatar 2022.
San Francisco Actualizado a

Es el peor partido que he visto a una Selección Nacional. No viví (afortunadamente) la época de los ‘Ratones Verdes’; mi patriotismo futbolero germinó, más bien, en la segunda etapa de ‘Bora’. Desde entonces, no recuerdo un partido tan devastador. No, hay ejemplos que se acercan pero ninguno encarna el grado de destrucción masiva que el de la noche en Levi’s Stadium. La derrota es tan absoluta, tan incontestable, que el festival derivó en aquelarre. El caos extirpó las palabras del diccionario e inventó otras. La dejación, generalmente, no tiene explicación.

Todo era un castillo de naipes. Debimos advertirlo. 20 minutos del segundo tiempo ante Uruguay, las primeras partes ante Jamaica y Venezuela. El equipo de Osorio alternaba lapsos de depresión e inspiración en un mismo partido, una tendencia ‘psico-genealógica’ que trasciende los poderes y métodos del colombiano; la Selección ha hecho de la bipolaridad su ‘modus vivendi’. La explicación oficial, en notable esfuerzo de comunicación interna, apunta a los mismos ejes rectores: el perdón y ‘el accidente’. Y, claro, cualquier afiliado a la Federación espetará la segunda palabra como ‘interpretación’.

Noticias relacionadas

Entiendo, si yo perteneciera a la organización y tuviera que acudir a los partidos de traje y corbata, mi discurso sería el mismo, no por directriz, sino, quizá, por creencia propia. Pero no, no hay accidentes. Hay pesadillas que pueden derivar en tratamientos psíquicos de por vida. El peor error que los allegados a la Selección pueden hacer es llamar ‘accidente’ a una catástrofe. Habrá que extirpar la palabra del repertorio, que si no, corremos el riesgo de volver a pronunciar ‘accidente’ el día que otra debacle de semejantes proporciones vuelva a ocurrir. Y así, en bucle. El ciclo maldito; el evento traumático que queda impreso en el ello y engendra los complejos, los miedos, las fobias.

Eso sí, hemos apuntado que la afición, que hoy le mostró la espalda a la Selección, finalmente cruzará los brazos y espetará de mala gana “está bien”. Y el corazón se le curará de poco en poco. La pelea con el ser amado resuelta por la diplomacia. El “te perdono”, primero con el rostro adusto y luego con la sonrisita pícara del que se sabe capaz de amar por encima de todo. Aunque el resto de sus partidos disputados termine 7-0, la afición mexicana en Estados Unidos siempre volverá para el siguiente reto. Las decepciones que brinda la Selección, que, aceptemos, son muchas, son directamente proporcionales al apoyo que reciben. Ya lo decía Martín, de Torreón, antes del partido: “La verde, siempre y para siempre”. Y pase lo que pase. Aunque las pesadillas vuelvan a repetirse.

Te recomendamos en Fútbol