Osorio, un genio de la táctica o un loco de las variantes
Metódico, analítico, diferente. Las maneras de Juan Carlos Osorio para entrenar los equipos que ha tenido a su cargo siempre dan de qué hablar. Desde las decenas de libretas de apuntes que ha llenado bajo la premisa de que es “mejor lápiz corto que memoria larga” hasta sus criticadas rotaciones son motivo de análisis para los que ven en su estrategia algo de arrogancia por estar en contravía con principios fundamentales de la dirección técnica de un club o una selección.
La mayoría de entrenadores de selecciones nacionales hablan constantemente de la falta de tiempo para dar el rodaje a sus conjuntos que les permita la mecanización de movimientos y una regularidad para sostener un estilo de juego. Osorio, en cambio, desde su paso por Atlético Nacional consolidó la estrategia de tener equipos incluso con 28 ‘titulares’. Fue en el club Medellín –en el que contaba con una nómina amplia- que puso en marcha esa maneja de dirigir. Por supuesto le costó en un principio, pero luego fueron seis títulos (tres Ligas, dos Copas y una Superliga) los que respaldaron su trabajo.
En Sao Paulo también fue cuestionado por el método. Aunque su escuadra llegó a andar bien, el desgaste que generan las críticas desde la prensa y la hinchada por sus decisiones poco populares, hicieron difíciles sus meses allí. Sin embargo, cuando iniciaron los rumores de la negociación con la Selección de México el ídolo del Tricolor Paulista Rogerio Ceni aseguró "Si Osorio sale, el Sao Paulo va a perder muchas cosas. Brasil pierde a un entrenador importante, diferente”. Acertado o no en sus decisiones, hay consenso en que es un técnico trabajador, un estudioso de la táctica.
Osorio rota a sus pupilos por tres principios que no negocia. 1. No existen futbolistas que puedan jugar en su máximo nivel en tres partidos seguidos. 2. Cambia fichas de acuerdo a la estructura de su equipo vs la estructura del rival. 3. Todos los jugadores son importantes y en esa medida pueden disputar un lugar en la titular. Su teoría tiene componentes físicos, tácticos y de motivación. Su premisa es mantener una base de seis o siete jugadores. En Colombia incluso llegó a usar a todos los porteros en un solo campeonato.
Cuando se ficha a un técnico como Osorio se avala su plan de trabajo. Es contradictorio pretender que llegue a acoplarse a lo establecido. Al contrario, este tipo de entrenadores llegan a cambiar estructuras como método para lograr sus objetivos. En la medida en que dicha experiencia sea más o menos traumática para los jugadores –que son los más afectados al cambiar el chip- el juego del equipo lo resentirá. En esta etapa es fundamental el nivel de credibilidad que tenga en el vestuario porque decidirá su futuro. Al final, aunque cuente el proceso, a todos a los técnicos solo los sostienen los resultados y sus obsesiones terminan por condenarlos.