Día 8 - Houston: La ciudad del milagro

En Houston abundan las vidas que vuelven a empezar. Por su conglomerado de hospitales han pasado millones de personas, con dolencias más y menos graves, que han encausado (o no) su existencia a partir de los tratamientos pertinentes. Cuántos corazones desahuciados no han sido reactivados en esta ciudad. Cuántos pulmones maltrechos (incluyendo los míos). Houston es La Meca de las causas perdidas; la ciudad que devuelve las vidas.

Viremos al deporte, donde la suerte del condado es tangencialmente distinta. Los Texans aún están muy imberbes como para llegar a un Super Bowl, los Astros solo sirvieron como alfombra para que los White Sox ganaran su primera Serie Mundial en 88 años; su reluciente ‘Astrodómo’ fue engullido por la desgana, y los Petroleros migraron a Tennessee. Solo los Rockets han portado el estandarte con dignidad. Hakeem Olajuwon, Otis Thorpe, Robert Horry, Kenny Smith. Vaya, no era para menos. Y después, por el Toyota Center, han desfilado Charles Barkley, Yao Ming, Tracy McGrady, James Harden, Dwight Howard. En sí misma, la doble consagración de los Rockets (en la era de Ewing, Malone y Stockton, coincidente con el receso de Jordan) constituye un milagro. Después de todo, ¿qué más sabemos de Houston, además de la NASA y sus milagrosos nosocomios?

Si faltaba un evento para probar mi punto, fue en el NRG Stadium donde la patada fallida de John Kasey provocó el gol de campo de Adam Vinatieri en el Super Bowl XXXVIII. Una maravilla. Una desgracia. Depende del cristal donde se mire. Pero un milagro, eso es. El lunes, ¿será turno de Venezuela de experimentar la sobrenatural aura de la ciudad del milagro?