Día 4 – Welcome To The Jungle
La ciudad de Sunset Boulevard, Hollywood, Bervely Hills, también es la de Guns N’ Roses, Mötley Crüe, OJ Simpson, Suicidal Tendencies, 1992. Del glamour al polvorín…
La primera y única vez que había visitado Los Ángeles fue a los siete años de edad. Mis abuelos me llevaron. Disneylandia, Burbank y los estudios centrales de Dreamworks, donde, entonces, se cocinaban largometrajes como ‘Antz’ y ‘El Príncipe De Egipto’ fueron parte de la agenda. El vuelo desde la Ciudad de México fue mi primer contacto, a conciencia, con la indecencia: un hombre, semidesnudo, se apareció en el pasillo del avión. “Necesito ir a Los Ángeles. Lo necesito”, gritaba desaforado; el pecho empapado, los ojos caídos y la voz rota. Reí. Creí que era un acto de entretenimiento pre-vuelo; un bufón pagado por la aerolínea para sobrellevar las dos horas que el avión quedó varado por una deficiencia técnica. Mi abuela me reprendió. “No te rías. No es gracioso. Está borracho”. La sonrisa se me borró del rostro de inmediato. Cuando volví a alzar la vista sobre el asiento delantero, el hombre ya era escoltado por dos policías a la salida. Nunca volví a saber, evidentemente, sobre su futuro. Ni su nombre, ni si había logrado llegar a Los Ángeles aquella noche, ni si murió ahogado en su vómito a la mañana siguiente. Eso sí, su estridente aparición sirvió para alertarme, por primera vez, que la vida no era Disneylandia. Eso, camino a Los Ángeles.
“Es la jungla”. Axl Rose y mi abuelo tenían razón.