Los Dragones ya no creen en la liga; el tridente fue titular

Los últimos partidos del Porto son una gira de despedida. La temporada prácticamente ha terminado; eliminados de Europa (Champions y Europa League), de Copa, y con la liga cuesta arriba. Solo les queda la final de la Copa de la Liga, ante el Braga, un torneo menor y un premio de consolación nimio. En una nueva fecha de su gira de despedida, los Dragones se presentaron en Paços de Ferreira y fueron apeados 1-0. Ahora, la cima de la competencia les queda a 12 puntos, con 15 por disputar. ¿Imposible? Matemáticamente no, pero es conveniente escribir, de una vez, el epitafio. 

Con el tridente mexicano de inicio, los Dragones se empacharon de pelota en la primera mitad y convirtieron a Iker Casillas en un espectador. Sin embargo, exceptuando una incursión de Corona, quien eliminó a medio equipo rival y su tiro descompuesto fue detenido por Defendi, y varios intentos lejanos de Oliveira, el Porto no fue un peligro. 

Para la segunda mitad, Peseiro prescindió de Corona, su mejor pieza hasta entonces, e insertó a Brahimi, cuya presencia en el campo fue meramente testimonial. El Porto no consiguió desatascarse. Varela no apareció en el radar, Suk siempre cargó con doble marca y Brahimi perdió cada mano-a-mano que planteó. Al 75', Bruno Santos desbordó a Oliveira y sirvió la pelota a Diogo Jota, quien fulminó a Casillas. El Porto se sintió herido: Silva obligó, con una barrida, a una atajada milagrosa de Defendi. Ya sobre el silbatazo final, un testarazo imperial de Suk fue rasguñado por el arquero cuando coqueteaba con el ángulo superior izquierdo. El Porto terminó empapado bajo la lluvia, sin esperanza, y con un mexicano en el campo (Layún también fue sustituido, al 85'). Herrera, el único sobreviviente del partido, portó el gafete de capitán. 

La próxima semana, los Dragones recibirán al Nacional en el Estadio Do Dragao. Eso sí, el partido solo podría valer para cumplir el trámite.