¿Poderosa Máquina o el mismo trenecito?

¿En serio siguen viendo al Cruz Azul como una poderosa máquina de jugar fútbol, llena de esa pasión que tanto les hacía falta y dispuesta a aplastar a sus rivales en donde se pare?

Por muchos y muy buenos amigos y hasta por mi hermano menor, espero que así sea y que muy pronto estén festejando su primer título de liga en 18 años. Pero aunque es evidente la mejoría en algunas líneas y sobre todo en esos momentos de explosión que suelen mostrar con Tomás Boy al frente, yo los sigo viendo como el séptimo equipo de los ocho que se pueden meter a la Liguilla, como un cuadro incapaz de triunfar como visitante (este domingo dejó ir vivos a los Pumas) y al que las indisciplinas le están comenzando a pasar factura, con cuatro expulsiones en sus últimos tres partidos.

¿Vaso medio lleno y medio vacío? Sí, también veo que Víctor Vázquez poco a poco se integra más el balompié nacional y que ayer nos brindó un golazo, en combinación con Joffre Guerrón (uno que sigue quedando a deber, con solamente un gol ante los Gallos de Querétaro); también es evidente que Jesús Corona está recuperando su nivel y que Jorge Benítez, quitando su error de la semana pasada al hacerse expulsar en tiempo de compensación, es un goleador que le puede hacer un tanto a cualquiera en esta liga.

Debo sumar a la lista de elementos que ilusionan a Ariel Rojas, aunque sigue sin encantarme que lo dejen como lateral izquierdo; al eterno Chaco Giménez, que siempre que entra le pone el corazón, y a Matías Vuoso, que tiene esa experiencia y mentalidad ganadora que le falta a otros en el campo.

Disculpen los fieles seguidores celestes si soy algo duro con su equipo, pero es que no soporto a los vendedores de ilusiones que esperan la primera “señal” para convertirlos en iluminados, una y otra y otra temporada.

Ya se sabe que en nuestro campeonato lo importante es meterse bien a la fase final, pero hoy por hoy, equipos como Pachuca, Tigres y hasta el propio Monterrey, que ciertamente fue goleado por Cruz Azul, se ven más encaminados a llegar fuertes justo en esas tres semanas que cuentan.

No hay que adivinar, el tiempo lo dirá y ojalá que les toque festejar.