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CHIVAS VS TIJUANA

Las Chivas no ganan ni contra 10 ni con penalti a favor

Partido vital en la lucha por el no-descenso. Dorados ganó al Atlas y eso obliga a que las Chivas den la cara para evitar más problemas.

Actualizado a
Las Chivas siguen sin ganar en el Clausura 2016.
Las Chivas siguen sin ganar en el Clausura 2016. Ulises Ruiz BasurtoEFE

Aún es de noche en Guadalajara. El Rebaño de Almeyda repitió la fórmula de todo el 2016: una pizca de ímpetu combinada con grandes dosis de mala suerte (o mala gana, quizá). El resultado: un empate, uno más, ahora ante los Xolos de Herrera. Las Chivas no ganan en 2016 (primera vez desde el Verano 98 que no cantan victoria en las primeras ocho jornadas). A la sequía habrá que añadir una preocupación, no menor: los Dorados aún aletean. 

En descarga de las Chivas hay que decir que su inicio fue todo lo que no habíamos previsto. Intenso, prolijo, profundo. Fútbol, pues. Ése que escasea en Guadalajara desde hace tiempo. El arquitecto Brizuela, en diálogo con el maestro de obra Zaldívar, construyeron el primer gol de la tarde con fachada barroca: adorno, floritura, color. Apenas corría el minuto 5. El guión de cada tarde parecía haber cambiado. Otra película. Y así siguió: Zaldívar y Bravo continuaron el acoso sobre el marco de Vilar, quien lucía como un operador de teléfono en plena emergencia por un desastre natural. 

Y entonces todo volvió a su cauce. No era otra historia, era la misma pero abordada desde otra perspectiva. Guzmán y Juninho se inspiraron en la obra de Zalvívar y Brizuela y de ahí surgió el tanto de igualada. Hernández, maravillado por la maniobra, quiso formar parte de la fiesta Al meter su pierna, cortó el listón al edificio. El gol apagó a las Chivas que solo se envalentonaron cuando vieron a Vilar de excursión para arrebatar un balón a Bravo. 

¿Un giro inesperado en la trama? Eso creímos cuando el árbitro expulsó a Castro, quien clavó su codo en la nuca de Pereira. Omar Bravo nos mostró que todo era un recurso narrativo. Suspenso, pero giro ninguno. Tiró a matar, no a anotar. Vilar le soportó; las ventajas de saber esperar. La sequía también ha alcanzado a 'Omarcito': sin grito en 2016. Las Chivas pasaron la media hora restante coleccionando buenas intenciones. Desbordes de Brizuela, voleas estratosféricas de Bravo, jugadas imposibles del 'Gullit' Peña. Querer sin poder. La historia de siempre. Una versión tropicalizada de 'En Busca de la Felicidad'; obviando el final, claro. El de las Chivas aún no lo sabemos. Ni nos atrevemos a anticiparlo.