Contundente 3-0 de Tigres a unos inoperantes Pumas
Los Tigres fueron muy superiores a Pumas y con goles de André-Pierre Gignac, Javier Aquino y Rafael Sobis casi amarran el título de la Liga MX.
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- Sigue el partido de Copa LibertadoresTachira - Pumas.
Pocos apostaron por el milagro Puma, pero ni el más objetivo de sus seguidores esperaba que en el primer juego de la Final no llegaran a gol ni una vez y salieran con tres goles encima, solamente porque los Tigres bajaron el ritmo los últimos 30 minutos del juego.
Ante un Volcán lleno y en permanente erupción, los de Ricardo Ferretti tomaron el balón, lo tocaron a placer y parecen haber definido al Campeón del Apertura 2016, gracias a los goles de André-Pierre Gignac, en un penal bastante dudoso, Javier Aquino y Rafael Sóbis.
Apenas a los 13 minutos de juego se presentó una de esas jugadas polémicas que nadie recordará más por la enorme diferencia que existió en la cancha, pues realmente no parecía penal de Javier Cortés sobre Sóbis. Alfredo Peñaloza lo señaló y el francés Gignac lo cobró con enorme potencia por arriba y cargado a la izquierda de Alejandro Palacios. Se trató del primer gol de un jugador europeo en una Final de la Liga MX.
Pero así es la vida y el futbol, Pumas no debería quejarse de las decisiones del silbante, pues en parte por esas fallas hoy pueden seguir pensando en recuperarse y pelear por el trofeo. Si Cortés hubiera sido expulsado ante América, por una plancha a Javier Güémez, ayer no hubiera protestado por el penal que alegaba no haber cometido.
A los 28 minutos Aquino hizo el segundo. Después de haber errado una primera oportunidad, en la que dirigió su disparo a las manos de Palacios; la segunda que tuvo, a pase de Jürgen Damm, la definió casi a la perfección con un chanflazo a segundo poste, que dejó parado al Pikolín.
A los 59 minutos de tiempo corrido, Sóbis aprovechó uno de los muchos rebotes que concedió Palacios, a disparo de Gignac, para empujar el esférico a las redes por tercera ocasión. En esta ocasión el Pikolín no tuvo tiempo de revolcarse en el pasto, pues desde ahí, tirado, vio como se esfumaban sus posibilidades.
Si el marcador no aumentó a cuatro o cinco, fue en parte por que Tigres bajó la frecuencia de ataque y porque otros rebotes del Pikolín no fueron aprovechados por Gignac, Aquino, Dueñas y el propio Sóbis, que fallaron algunas muy claras.
En ese momento más de un jugador de Pumas parecía pedir a gritos la tarjeta roja, tirando patadas y reclamándole a Peñaloza, pero hasta en eso fueron superados por el ritmo de toque de los norteños, quienes les alejaban tanto el esférico que los dejaban muy lejos del mismo, incluso para buscar golpearlos.
Al final del partido, Memo Vázquez resumió a la perfección la noche triste de sus Pumas, “no tuvimos carácter; ni defendimos ni atacamos”, reconoció con una mirada que también reflejaba la poca esperanza que deben tener los del Pedregal, no por jugar en casa otros 90 minutos ni por la capacidad de sus jugadores sino por la calidad de sus rivales y el gran momento que viven.