¿Qué le pasa al fútbol mexicano?
¿Qué pasa con los seguidores cremas que aseguran que los Pumas no son dignos finalistas del torneo, que son unos "rateros" porque los silbantes los fueron llevando a pelear por la corona y que si el fútbol fuera justo, ayer debieron haber sido eliminados por el América?
Se les olvidó el liderato general que consiguieron los auriazules en 17 jornadas; los tres goles que le metieron al América el jueves en el Azteca y la actitud disciplinada e inteligente de los felinos en ambos partidos, bien planeados por Memo Vázquez. Pero jamás olvidarán que este domingo fueron "robados".
¿Qué pasa con los fanáticos universitarios que aseguran que Javier Güémez "se fracturó solo, al darle una patada a Cortés" y que el volante universitario no debe ser castigado, "pues la plancha se la mete en la pierna izquierda y la pierna lastimada fue en la derecha"?
Espero que ya más fríos puedan ver que esa entrada con fuerza desmedida y en la que Cortés se mete en el viaje de la pierna que resulta fracturada, mandó a un compañero de trabajo al hospital y a él lo dejó en el terreno de juego, cuando Pumas debió quedarse con un jugador menos desde los 15 minutos. Y ellos saben lo que representó un hombre más (o dos) en ambos juegos.
¿Qué pasa con los que aplauden que el arbitraje (de Rojas o cualquiera) pueda ser tan severo con un jaloncito de Goltz o un "intento de pisotón de Sambueza", pero discuten con ferocidad, a pesar de que un futbolista fue fracturado en las narices del mismo silbante?
Espero que recuerden que antes que una victoria, el pase de tu equipo o hasta levantar el título, debemos pasarla bien sin que nadie salga lastimado o agredido, aunque sea verbalmente.
¿Qué pasa con quienes levantan la voz para hablar de la injusticia del sistema, del arbitraje y del futbol mexicano, porque su América fue derrotado; pero antes se han quedado mudos, cuando esos mismos elementos les han entregado en bandeja de plata, históricas victorias de la franquicia?
Espero que no dejen de manifestarse contra la injusticia, pero también cuando sea a favor, pues es algo que le urge a nuestro balompié.
Sí, así somos y hoy el bendito fútbol nos da la oportunidad de desahogar nuestros más animales y agresivos instintos, envueltos en los colores de nuestro querido equipo; ese mismo que casi ni vemos por televisión, al que menos vamos a apoyar a al estadio.
Por eso, si hoy festejamos o lloramos, que chingue su madre el árbitro, el rival, los directivos y los periodistas que se equivocan, porque yo, el aficionado, tengo el poder y jamás me equivoco.
PD: Por eso, aunque se enojen los fans del América (mi primer amor en el deporte), felicito de nuevo a los Pumas, dignos finalistas. (Sólo espero que nos den algo más de espectáculo en el campo. No se olviden que por eso a muchos nos gusta este deporte).
PD: Si nos dejamos de tonteras, veremos que el de este domingo en CU fue uno de los partidos más emotivos en años; de esos que avivan el fuego que enciende este deporte en nuestros corazones. En este caso, como en otros más importantes, solamente es cuestión de respirar antes de bajarnos de auto, de grabar a alguien para fastidiarlo, de insultarlo por Twitter o de desgarrarnos por un simple juego de fútbol.