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¿Y el Guadalajara, sigue en La Minerva?

Uno ve de lejos la bronca que traen, tanto hinchas como medios que cubren al Real Madrid, con el presidente del cuadro merengue, Florentino Pérez, y no puede dejar de pensar en lo que sentirán, aquí en México, millones de fieles seguidores del antes “Sagrado” Rebaño, hoy guiado por un judas que los ha llevado a ser el hazmerreír del futbol mexicano.

Sólo espero que si hasta el original Judas Iscariote se arrepintió y buscó el perdón divino, Jorge Vergara acepte un día, pronto, antes de que sea demasiado tarde, que ha sido él el causante de tantos tropiezos, que de nuevo tendrá a sus Chivas peleando por no descender y soñando con hacer méritos por recobrar ese espíritu que los hizo el equipo con más seguidores en el país.

¿Y el mesías?
Ciertamente el argentino Matías Almeyda resultó la purga que necesitaba el Rebaño para dejar atrás esa gris y desesperante etapa bajo el mando del Chepo de la Torre. Pero los números dicen que después de un arranque con tres victorias al hilo (una de ellas ante el América, en el Azteca), los rojiblancos sólo ganaron UNO de sus seis últimos cotejos. Sí, uno, y ante el pobre Atlas, una de la grandes vergüenzas del torneo.

Pero claro, ¿qué presión van a sentir?, si a su favor están los pequeños peces dorados de Sinaloa, que solamente pudieron ganar tres partidos en todo el torneo y por ende se quedaron con el último lugar de la clasificación general y de la tabla de cocientes, la que define al que se va a la División de Ascenso.

Aquel festejo
Algo conozco a Jorge Vergara y sé que con el exagerado festejo del título de Copa en La Minerva, simplemente pretendía devolverle ese orgullo perdido a sus muchachos y, ¿por qué no?, que fuera un “de aquí en adelante”, que el equipo recordara que fue diseñado para pelear títulos y no para defender con las uñas la permanencia en Primera División.

Pero volvió a equivocarse. Resulta que cuando no lo mereces, esos festejos te avergüenzan. Puede que en ese momento te emborraches de alegría, que se te olviden tus deudas y deberes, pero al día siguiente solamente un cínico desvergonzado podría no sentir la resaca del exceso, de un festejo inmerecido después de tantos años tragando fracasos, derrotas y eliminaciones; eructando pretextos.

De salida
La Liguilla arranca y de nuevo los seguidores del Guadalajara se tendrán que conformar con seguir al “segundo equipo”. A todos ellos les deseo que en esta Navidad, Vergara les regale no a dos o tres refuerzos, sino a otro dueño para su querido equipo.