Crónica de una... ¿muerte anunciada?
Llegó la semana que tanto esperaron en la FMF. Ya viene el juego clave para que el Tri amarre su participación (o no) en la próxima Copa Confederaciones, a celebrarse en Rusia en un par de años.
Mientras eso sucede y Tuca Ferretti prepara a “su” equipo para el partido del sábado ante Estados Unidos, en Sao Paulo la propia Federación Mexicana espera pacientemente a que termine el plazo que les puso el equipo brasileño para soltar a Juan Carlos Osorio a media semana, anunciarlo de inmediato y llevarlo al Rose Bowl a presenciar la Concacaf Cup para ver en el campo a su nuevo reto.
¿Ya qué les digo?, hemos platicado en este medio y redes lo mal que ha manejado el nuevo equipo federativo este tema; desde la búsqueda de entrenadores con trabajo, hasta los tiempos que se les han ido complicado. Pero el hecho es que ya está y aunque se han negado a aceptar algo que el Diario AS dio a conocer desde el 21 de agosto, cuando adelantamos la llegada de Ferretti como timonel interino y el gran interés que había por firmar en definitiva a Osorio.
A partir de ahí, el colombiano se entusiasmó y como ya ha hecho antes, de inmediato buscó la forma de desligarse de su actual compromiso por buscar uno nuevo, en el que buscará llevar a México al próximo Mundial.
Y ahí viene el tema central de estas líneas, normalmente lo que mal comienza, mal termina. Veo claramente que el fútbol mexicano se espera por no querer faltar a su primera cita mundialista desde 1994 y por el perfil de Osorio, por su fracaso previo con el Puebla en nuestro país, por la forma en que ha manejado su llegada al Tri y por el poco tiempo que tendrá para preparar una nada sencilla primera ronda eliminatoria ante Honduras, El Salvador y Canadá, ya me puse nervioso.