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INTERNACIONAL | ELECCIONES CATALANAS

El Barcelona y otros equipos en zonas independentistas

Cataluña clama su independencia de España. Escocia, Flandes y Córcega también han entablado procesos similares, con sus equipos de fútbol como protagonistas.

Actualizado a
Los aficionados del Barcelona suelen acudir con 'esteladas' (banderas independensitas) al Camp Nou.
CESAR MANSOAFP

El domingo, Cataluña celebrará elecciones parlamenterias en las que podría definirse el futuro político de una Comunidad Autónoma encarrilada a lograr su independencia del Estado español. Los equipos de fútbol catalanes, evidentemente, son partícipes del debate. El Barcelona, equipo insignia de la zona, no ha externado su apoyo público al proyecto 'soberanista', aunque sí se ha adherido al 'Pacto Nacional por el Derecho a Decidir', plataforma que defiende el derecho de la sociedad catalana a plasmar en las urnas su decisión sobre la soberanía de Cataluña, aunado a la proliferación de 'esteladas' en el Camp Nou durante los partidos y los cánticos de 'n-inde-independència' al minuto 17 de los últimos clásicos contra el Real Madrid. Además, la controversia sobre si la hipotética independencia separaría al Barcelona, Espanyol, y otros clubes catalanes de las ligas españolas, ha protagonizado a un papel central en la discusión.

La 'cuestión catalana' es un episodio más de los intentos secesionistas en Europa en los que los clubes de fútbol no permanecen ajenos. El Anderlecht, el equipo más laureado de Bélgica, ha estado ligado históricamente a la comunidad flamenca del país, anhelante de la independencia del Flandes (la zona norte que comprende ciudades como Brujas y Amberes). De momento, el órdago rupturista en Bélgica ha sido aparcado desde que el partido más votado del país, Nueva Alianza Flamenca, presentó en 2014 un proyecto encaminado a "la evolución y no a la revolución".

Otro ejemplo es Escocia, representada por sus dos clubes hegemónicos: Celtic y Rangers. En 2014, la tierra de las Highlands y la Cruz de San Andrés, celebró un referéndum que planteaba la pregunta: "¿Debería ser Escocia un país independiente (del Reino Unido)?". Ambos clubes jamás expresaron su postura ante el plebiscito, sin embargo una encuesta reveló que el 48% de los aficionados del Celtic (católicos, inmigrantes irlandeses, republicanos, aunque opuestos al Partido Nacionalista Escocés) votarían por el 'sí', una cifra muy cercana al 45% de la parroquia Ranger (protestante, ataviada con los colores de la Unión: azul, blanco y rojo). En ninguno de los casos, el rechazo a la separación rebasaría el 41%. No obstante, el sentimiento independentista en Ibrox y Celtic Park no es tan intenso. Son muy poco usuales los cánticos y puestas en escena a favor de una secesión que hubiera supuesto el fin a las vetustas aspiraciones de Celtis y Rangers de participar en la Premier League Inglesa.

Córcega, isla del Mediterráneo bajo jurisdicción francesa, persigue desde el Siglo XIX su separación del país. El nacionalismo corso ha anidado, entre otros colectivos sociales, en la afición del Bastia, en un contexto turbulento: la creación de un 'autogobierno' dentro de la isla y la lucha armada desde 1976 del Frente de Liberación de Córcega, que anunció su proceso de desmilitarización en 2014. Hay una rivalidad intensa entre los aficionados del Bastia y el AC Ajaccio, equipo de la ciudad más grande de la isla. Ambos disputan el pasional derbi corso, donde abundan las pancartas, cánticos y banderas (la estandarte de la región es un hombre de color negro sobre un fondo blanco con un pañuelo amarrado a su frente) que imploran por la emersión de Córcega como una nación. 

Y los ejemplos siguen. El Athletic Club en el País Vasco (y la filosofía del club de sólo reclutar jugadores con sangre de Euskal Herria), el Stade de Rennes en Bretaña, el Catania y el Palermo en Sicilia, el Dinamo Zagreb, receptáculo del nacionalismo croata durante la Guerra de los Balcanes de los 90. El fútbol no pasa desapercibido a las convulsiones sociopolíticas en un continente marcado históricamente por sus recalcitrantes nacionalismos. Cataluña es un botón de muestra.