Abdón Calderón, el descubridor de Moisés Muñoz
El nuevo entrenador de porteros de la Selección Mexicana trabajó con Ferretti en Monarcas y fue clave en la formación del arquero del América.
Haberse quedado a la orilla de debutar en Primera División clavó una espina en Abdón Calderón que tres décadas después ha sido arrancada. Un año de trabajo al lado del Ricardo Ferretti le bastó para ganarse su confianza y cumplir el sueño de su vida: es el nuevo entrenador de porteros del Tricolor.
El nacido en Quiroga fue un hombre clave en la formación de Moisés Muñoz, con quien revivirá viejos momentos en el nuevo proceso que está por arrancar en la Selección Nacional.
En su ciudad natal, enclavada a 35 kilómetros al oriente de Morelia, Abdón Calderón descubrió desde los ocho años que la portería sería su vida.
“Fue algo que yo tomé desde niño, el puesto de portero. Se trata del jugador diferente dentro de la cancha. Me gustaba ese aspecto. Ver al guardameta como el solitario, el que se diferenciaba entre los demás, porque yo veía a 10 con la misma camiseta y el portero era el que usaba un uniforme distinto; el hecho de que se trataba del jugador que tenía la pelota en las manos. Fueron detalles que me atraparon a esta posición desde el principio”.
El primer portero al que admiró fue a Prudencio "Pajarito" Cortés. “Me llegué a comprar el suéter con el que atajaba en el América”, recuerda. Sin embargo, su principal referente como portero de la Selección fue Nacho Calderón. “Después de ‘La Tota’ Carbajal, Calderón es el portero que más gratos recuerdos me dejó en la Selección”.
A pesar de no tener en su familia antecedentes de deportistas, mucho menos de porteros, Abdón supo que su vida estaría ligada al futbol desde el primer momento. “Siempre soñé con ser futbolista profesional. Esa fue una de las prioridades que yo tenía. Desde que me puse los primeros guantes, los primeros zapatos, yo estuve enfocado totalmente a un día ser jugador profesional, eso no me lo quitaba de la cabeza”.
Y lo logró. No cómo él hubiese querido, ya que su talento no le alcanzó para debutar en el Máximo Circuito.
“Después de muchos años en la Reserva del Atlético Morelia di el salto al primer equipo como tercer portero, era yo suplente del Zully Ledesma y de Silvino Romá en la temporada 1985-1986. Así fue como tuve la oportunidad de sentir lo que era estar en la banca de un equipo de Primera División, porque nunca pude debutar”.
Ser suplente, tan cerca y tan lejos de saborear el debut, despertaron en Abdón una nueva vocación: ser formador de porteros.
“No fue frustración realmente (no haber debutado). Se generó una espina clavada, una necesidad de hacer algo, porque a mí siempre me ha gustado ser triunfador y tratar de ser día a día el mejor en lo que hago. Hasta que llegué a la conclusión de que si no pude como portero, tenía que lograrlo por el lado del área de entrenador de porteros.
“Me aferré y sin decirle a nadie busqué el camino. No tuve a nadie que me guiara por dónde caminar para llegar a Primera División como entrenador de porteros, me encaminé solo”, rememora con orgullo.
Tras haber tomado una serie de cursos de especialización, titularse como director técnico profesional y tocar varios puertas, fue Mario Díaz quien en 2003 lo invitó a incorporarse a Monarcas Morelia.
"Alguna vez me tocó dirigir equipos en Fuerzas Básicas, pero yo me di cuenta inmediatamente que mi pasión y amor hacia el trabajo iba enfocado por el lado de los porteros”.
Y llegó la ansiada oportunidad en la Liga MX. Fue en el cuerpo técnico de Antonio Mohamed y con una misión explícita por parte de su directiva.
“En aquel momento Luis García Postigo era el director deportivo y me pidió un proyecto que tuviera como objetivo final que el primer equipo, durante 10 años, no necesitara traer porteros, que todos fueran de Fuerzas Básicas”.
Así, durante 11 años de trabajo ininterrumpidos han pasado bajo su tutela los canteranos: Moisés Muñoz, Junior Madrigal, Emmanuel Turrubiates, Miguel Fraga, Arturo González, Ricardo González, Higinio Bucio, Alonso Árciga, Luis Martínez y Carlos Felipe Rodríguez, además de Miguel de Jesús Fuentes, Federico Vilar, Fernando Orduña, Yair Urbina, Carlos López, Alexandro ‘Mostro’ Álvarez, Israel Villaseñor, Jorge Villalpando y Cirilo Saucedo, quienes han llegado de otros clubes.
“Es un tipo exigente. Es un formador como él mismo se declara. Esa es su máxima virtud, sabe formar bien. Trabaja bastante, a veces es un poco obsesivo en el mejorar tanto y buscar siempre que las cosas se hagan casi perfectas”, lo describe Felipe Rodríguez, portero de Monarcas y primo hermano de Moisés Muñoz.
De aquella etapa recuerda que Tuca siempre le dio libertad para trabajar. De alguna manera, considera que hubo un ‘click’ con el brasileño, quien poco a poco catalogó a Abdón algo más que un entrenador de porteros, ya que de forma constante le pedía su opinión en otras materias que no estuvieran directamente relacionada con la portería.
“Trabajé muy cercano al ‘Tuca’, me hizo favor de involucrarme con él en diferentes aspectos del trabajo, cosas que él quería que yo enfocara en ciertos detalles y eso me ayudaba muchísimo porque me facilitaba mi labor”.
¿Qué le vio Ferretti a Abdón Calderón para llevarlo a la Selección si sólo trabajaron un año juntos?
“Él vio en mí una persona confiable. Tanto en el ámbito profesional, como en el personal. Él se rodea de gente muy sana, gente trabajadora, gente que él tiene la confianza de poder exigirles, de que uno le pueda aportar lo mayor posible y creo que él notó que soy una persona que me gusta trabajar al mil por ciento, entregarme al máximo y ser lea”.
EL LLAMADO AL TRI, UNA NUEVA VIDA
En unos cuantos días, la vida de Abdón Calderón se ha transformado. Nunca se imaginó que aquella agresión de Miguel Herrera a Christian Martinoli le abriría las puertas (de forma indirecta) para llegar al Tricolor.
“La esperanza de un llamado a la Selección siempre la tuve porque he trabajado durante cerca de 20 años día a día. No me gusta pensar en lo que viene, pero siempre soñé con llegar a la Selección. Es el máximo privilegio, un galardón para tu carrera”.
Para Abdón no hay dudas, Ferretti es el personaje indicado para estar al frente del representativo nacional: “Es una persona que con el simple hecho de estar, ya hay cosas muy positivas. Es ganador, es un ser humano impresionante, muy inteligente, no ha dejado de dirigir en México y para mí es la persona idónea para estar al frente de la Selección”.
LA GRATITUD DE MOISÉS
Moisés Muñoz fue el primer portero titular con el que Abdón Calderón trabajó. “Lo conocí muy joven, él nunca había tenido un entrenador de porteros, a excepción de Scoponni en un corto lapso, no puedo decir que lo formé totalmente, pero tenía aún muchos aspectos a coregir.
“Hicimos una mancuerna espectacular porque realmente fueron muchos años de recuerdos bonitos, de grandes logros, de tristezas... Yo admiro mucho a Moisés porque es un gran arquero que demostró que tiene la calidad para atajar en uno de los equipos grandes de México”.
De entre todas las vivencias juntos, hay una que guarda en el cajón más emotivo de su corazón. Es una de las jugadas más memorables en la historia del futbol mexicano, el gol que Moisés Muñoz le anotó al Cruz Azul para encaminar al América al campeonato del Apertura 2013.
“Me emocioné mucho porque a Moisés le tengo mucho cariño. Al día siguiente de esa final, hablamos por teléfono y me dijo que ese logro lo quería compartir conmigo por todas las cosas que yo le ayudé en su carrera”.
Cuenta la leyenda que durante la etapa de Ferretti en Monarcas, Moisés Muñoz tenía preparado un uniforme de campo debajo de su sudadera de portero para jugar como delantero y aunque Abdón no lo confirma, asegura que Muñoz tiene pacto con el gol.
“Lo que sí puedo contar como anécdota de Moisés, es que dentro de las cascaritas él era un goleador nato, le encantaba jugar y meter montones de goles. Podía integrarse como defensa o en medio, pero él siempre se iba de delantero y metía muchísimos goles”, finaliza.