¡Suerte, kleine Erbse!
Según reportes de la página alemana Kicker, Javier Hernández será anunciado este lunes como nuevo atacante del Bayer Leverkusen, equipo que, aunque usted no lo crea, logró cerrar el acuerdo con el Manchester United gracias al terrible partido del mexicano, a media semana en la fase de clasificación de la Champions League.
Según contactos cercanos al ex atacante de las Chivas, sus tres escandalosas fallas del miércoles pasado (incluido un penalti fallado) en 30 minutos de un partido definido ante el Brujas, fueron suficientes para que el viejo berrinchudo de Louis Van Gaal le pidiera a su directiva que se deshicieran del mexicano, por poco más de 10 millones de euros.
¿Y saben qué?, no será el prestigiado United de la Premier League, pero en el “modesto” cuadro alemán también jugará Champions (Grupo E, con el Barcelona, la Roma y el Bate) y seguramente le dará más apoyo y minutos a la legumbre, ¿o le debemos decir ahora, kleine Erbse?
Ahora, que juegue no es un hecho, pues aunque el Leverkusen le metió dinero a la negociación para adquirir a Javier por tres años, si el muchacho no levanta el nivel y muestra algo más que su cara triste tras otra de sus múltiples fallas, si no deja de lamentarse por la “mala suerte” que ha tenido en los últimos tres años de su carrera y se pone a meter goles, como sabe hacerlo y es para lo que le pagan, entonces tampoco durará en el balompié teutón.
El paso del Principito
El año pasado, Andrés Guardado, capitán del tricolor en la corta era de Miguel Herrera, tuvo un paso tan fugaz como desagradable por el Bayer, quien lo regresó al Valencia para terminar en el PSV, donde recuperó su nivel de juego y ahora es una figura reconocida en Holanda y sin duda jugará Champions como titular. La vida da muchas vueltas y en el futbol uno no sabe en qué lugar un jugador recuperará su nivel, confianza y, sobre todo el gol, hablando de los atacantes.
Suerte al Chicharito, al futbol mexicano le urge generar crédito en el exterior. Puede que los mexicanos seamos irregulares en nuestro accionar, pero una vez cómodos, rendimos como el mejor.