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LIGA MX

El Gran Pez toma oxígeno gracias a Christian Suárez

Con gol del ecuatoriano, a tres minutos de ingresas de cambio, dio a los Dorados la victoria ante el Puebla en un partido que se reservó las emociones hasta el final. Los sinaloenses salen del fondo del descenso.

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Dorados venció al Puebla con gol de Suárez y abandonó el sótano de la tabla de cocientes.
Mexsport

Respira aliviado por las branquias el Gran Pez. Los Dorados vencieron 1-0 a Puebla con tanto del ecuatoriano Christian Suárez en un partido soso que detonó hacia el cuarto de hora final. El encuentro, por sí mismo, no tendría más historia de no ser por las implicaciones de su resultado: la victoria saca a los sinaloenses del último lugar de la tabla del descenso, mismo que ahora será ocupado por Morelia. Noche de tambora en Culiacán. 

Primer tiempo insulso. Un cabezazo desviado de Bravo e intentos de Bermúdez, Nurse y Hernández que terminaron en las manos de Campestrini y Míchel. Nada de peligro. El cotejo navegaba hacia la intrascendencia. 0-0 clavado, parecía, incluso cuando se reanudó tras el descanso. 

El partido adquirió pulso a partir de la recta final. El Puebla renunció a atacar y Dorados se encaramó contra el arco de Campestrini. Acoso presencial, hasta que un remate furibundo de Fernando Arce hizo estremecer la madera y sacudió los sueños de quienes presenciaban el partido en el Estadio Banorte. Al minuto 80, Christian Suárez ingresó al campo para cubrir el puesto de Arreola. Suplente estrella. Apenas entró en calor cuando remató justo en las narices de Campestrini un tiro de esquina prolongado por Lacerda. Tres minutos antes, estaba calentando sobre la línea de banda para entrar el partido. Hay días en los que todo sale conforme a lo planeado. La suerte, eso sí, es selectiva. Hoy fue turno de Christian Suárez. 

Intentó sacar pecho el Puebla, pero la hábil maniobra de Rescaldani se marchó hacia el Océano Pacífico. Raúl Enriquez pudo estirar la ventaja, pero su colosal tiro libre impactó el vértice izquierdo de la portería de Campestrini. Bustos terminó sofocado por la espera y las bocanadas de oxígeno. Los Dorados huyen de las llamas del infierno. Sólo por ahora.