El Azul es Bueno, dominó 2-0 al León y le quitó el invicto
Con gritos de Fabio Santos y Chaco Giménez, el segundo a partir de un penalti discutible, los cementeros lucieron ante un León desorientado.
Cruz Azul venció al León en un notable ejercicio de fútbol ofensivo. Los dirigidos por Bueno machacaron a los esmeraldas, que nunca tuvieron capacidad de respuesta. Fabio Santos volvió a marcar (calca de su remate a placer en Guadalajara) y Giménez superó la fobia al punto penal. Todo le pinta celeste al Cruz Azul. Al menos, más que hace quince días, cuando todo era oscuridad.
El Cruz Azul fue incisivo, poco que ver con la máquina destartalada que se presentó hace dos semanas en el Azul ante Morelia; pronto obtuvo recompensa. Richard Ruíz se paseó por la campiña y puso la pelota en la cabeza de Fabio Santos; el martillazo del brasileño, inusual goleador celeste, fulminó a Martínez. Donde apuntó, embocó. Fue Santos un domador y su cabezazo el látigo. Ni Comizzo, lanzado de bruces con los tacos por delante, habría atajado. El León quedó atolondrado; reculó tras el latigazo. Fiera con las garras limadas y los colmillos extirpados. Sólo la osadía de Boselli y Peña, cada vez menos Gullit y más Peña.
La Máquina recargó carbón para la segunda mitad. Apenas se reactivaba el partido cuando "El Chaco" Giménez pateó de lleno la pierna estirada de Efraín Velarde. Penalti, decretó el juez Ortíz. Giménez intercambió la tarjeta de regalo. 2-0 para la Máquina. Cuán lejos queda la tarde fatídica ante el Morelia hace quince días. La Máquina fue incontenible; un tren de alta velocidad. El único zarpazo del león fue impulsado por Burdisso, cuyo remate se marchó cerca. Boselli, ni testimonial. Burbano y Hernández, extraviados. Siguió el Cruz Azul a marcha forzada, alcanzando velocidades crucero. Martínez repelió un disparo raso de Richard Ruíz y Joao Rojas se vistió de Maradona; la piso ante Navarro, destrozó la cadera de Burdisso e hizo danzar como bailarín a Vázquez; cedió a Benítez quien se llenó el pie de balón, Gónzález, en plan 'kamikaze', desactivó la bomba. La mejor jugada del partido. Más tarde ingresó Vuoso, ovacionado por la feligresía celeste, y aún tuvo tiempo para prender de bolea un centro dentro del área. El balón se marchó mordisqueado hacia la línea de fondo.
El Cruz Azul terminó abrazado por los 'olés' de su grada. No se ha equivocado al leer. Es cierto. Hace quince días todo era desazón y melancolía. Hoy, el Azul es Bueno. ¿Cómo será la semana entrante?