¿No están igual de hartos?
Cuando le contrataron a André Gignac, a Ikechukwu Uche, a Jürgen Damm y hasta a Javier “La Mentira” Aquino, más los atacantes que ya tenía, a Ricardo Ferretti le pidieron dos cosas: su directiva quería la Copa Libertadores de América y más goles, sobre todo, en el Estadio Universitario.
Ciertamente este miércoles por la noche, el Tuca no falló las (pocas) que tuvieron sus jugadores. Se debe reconocer que el brasileño tenía mucha más calidad y personalidad que la mostrada por sus dirigidos, cuando jugaba al futbol. Pero, siendo honestos, el entrenador de los felinos, uno de los dos grandes candidatos que tiene la Federación Mexicana de Fútbol para sustituir a Miguel Herrera, se quedó chico ante la cantidad de marrullerías, la “violencia táctica” y, sobre todo, ante el ENORME CORAZÓN con el que su rival (un River Plate muy mediano en lo deportivo) los borró de la cancha, sin que este aplaudido entrenador hiciera algo más que torcer la boca en la banca.
Para sus defensores, no trato de destruir una extraordinaria carrera, ¿qué sentido tendría? Ricardo es un grande a nivel local, por algo ha durado tantos años sin dejar de dirigir; por algo sus tres títulos de Liga, y por algo tanta gente lo ama. Pero no nos engañemos, para ganar este tipo de torneos y ante este tipo de equipos "cancheros", se necesita algo que en México, por el momento, no tenemos.
Así que, ¿nos vamos a conformar con apapachar a nuestros derrotados de nuevo? No se vale “matarlos” o cargarles nuestras frustraciones, no, pero yo ya me harté de estos equipos y estos entrenadores, que sólo le gritan a reporteros jóvenes, que le pegan a un comentarista que saben que no se defenderá, que hacen campañas en redes sociales contra los medios, que solamente quieren recibir “apoyo” y apapachos.
Si no tenemos entrenadores en este país, capaces de enseñarle a nuestros deportistas a ganar, a no tenerle miedo a atacar, a mostrar más personalidad, a saltar más de 10 centímetros cuando te ponen medio gol, a disparar cuando tienes de frente al arquero rival y a no pensar más en la respuesta que le darán a la prensa ante una nueva derrota… entonces, busquemos fuera de casa.
No logro entender porqué cuando pregunto, ¿qué nos hace falta para traer un entrenador de clase mundial?, me responden que no confían en su capacidad de entender nuestro especial entorno y hasta dudan de que el idioma pudiera ser un problema. ¿Qué en serio no se dan cuenta la falta que nos hace salir de nuestro pueblo a buscar experiencias diferentes y ver caras nuevas?