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JAMAICA VS MÉXICO

La monumental gresca entre Toros Neza y Jamaica en 1997

Una riña a sangre y piedras. Jamaica y Toros Neza protagonizaron una brutal batalla que conmocionó al fútbol mexicano. Uno de los involucrados fue el actual técnico nacional, Miguel Herrera.

La selección de Jamaica y Toros Neza sostuvieron una escalofriante pelea en un partido amistoso en 1997.

Abril de 1997. La Jamaica de René Simoes viajó a México para enfrentarse al combinado nacional que dirigía Bora Milutinovic por las eliminatorias rumbo al Mundial de Francia '98. Como ensayo, concertó un partido en Toluca ante Toros Neza, equipo achispado, eléctrico, entrañable. Enrique Meza al timón y Germán Arangio, Rodrigo “El Pony” Ruíz, Antonio Mohamed, Guillermo Vázquez y Miguel Herrera en sus filas. Equipo que, dos meses más tarde, disputaría la final del Verano 1997 contra las Chivas.

El partido se jugó en un campo improvisado: nula seguridad, espectadores sobre la línea de banda, una pequeña loma asomada frente un córner. Al ’18, Germán Arangio punteó la pelota para esquivar a Sewell, quien lanzado de bruces y con las piernas como tijeras, derribó al delantero argentino. Arangio cayó de rodillas y, sin chistar, se levantó y encaró a su agresor. Un par de manotazos entre ambos antes de que Federico Lussenhoff entrara en escena, asestara un golpe al mentón del jamaiquino, quien trastabilló antes de un segundo porrazo del argentino. Se desató el pandemónium. Patadas por la espalda, golpes a puño limpio, piedras como misiles, polvo, sangre. Puñetazos entre la polvareda. El “Pony” Ruíz tendido sobre el campo con un hilo de sangre que le escurría de la nariz (había recibido un golpe por la espalda de Goodison). Los jamaiquinos se armaron con palos, piedras del tamaño de la palma de una mano, sillas, botellas de cristal. Un aquelarre.

“Entrar a dar patadas no tiene chiste. Esto no es ring de box. Me arrepiento de haberlo tomado (el partido)”, sentenció Enrique Meza mientras que René Simoes excusó a sus jugadores, al decir que eran “jóvenes y sin experiencia internacional”. En medio del caos, Miguel Herrera también se armó con un palo e increpó a los caribeños: “¡Maricones, así serán buenos!”, gritó, según la crónica del diario Reforma.

Al cabo de 10 minutos, René Simoes ordenó la retirada. Mucha tinta ha corrido tras la ya legendaria riña. Que los jamaiquinos estaban drogados y armados con pistolas, que aficionados entraron al pleito. Las imágenes de la escaramuza dieron la vuelta al mundo. Jamaica volvió a casa herida: sucumbieron 6-0 ante la Selección Mexicana en el Estadio Azteca una semana después.