A hierro murió y a hierro mató
Hace un año, en Fortaleza, nos quejábamos amargamente por la trampa del holandés volador, Arjen Robben. ¿Pero ahora resulta que algunos (afortunadamente la enorme mayoría está igual de asqueada que yo) quieren colocar como héroe al tramposo de Oribe por fingir la falta con la que el Tri avanza a la Semifinal de la Copa Oro?
Es claro que ayer el Tri merecía ganar, simplemente porque lo buscó más y con mayores argumentos; igual que Holanda merecía ganarnos en Brasil, ya que después del gol no hicimos más que “defendernos”. Pero me resulta igual de indignante que sea el árbitro (en esta ocasión, Walter López) quien decida quién debe avanzar y de forma tan burda, pues este juego se gana con goles y el Tri fue incapaz de hacerlo de forma legal.
Nos dominaron en los primeros 45 minutos y después de una segunda parte en la que Carlitos Vela no quiso (no pudo, pues) definir el cotejo, terminamos salvándonos en dos ocasiones.
Pero llegó lo indignante, lo asqueroso, sacamos la charola, superamos al rival con la cartera y la playera, de la misma forma en que lo hizo la comodina selección naranja con nosotros… De la mano del silbante, gracias a que no expulsó a Peralta, a quien minutos más tarde le concedió una pena máxima tan falsa como la famosa unión del equipo de negro.
Sigamos avanzando con engaños, con mentiras y con "hashtags" en redes sociales. El Tri no está bien y quitando a Jona, Guardado y Ochoa, tiene que mejorar mucho antes de sentirse el mejor de Concacaf.
De salida
Anoche festejaba con mis hijos el cumpleaños 48 de mi vida y me quedé con las ganas de celebrar ese gol con el que nos metiéramos a las Semifinales (que serán pan comido, lo adelanto). Pero me niego (terco que soy) a ser un aficionado simplista y ciego. Yo esto no lo festejo; me avergüenza no tener un capitán capaz de tirar el balón por un lado y rechazar la ayuda del árbitro.