Xavi Monferrer pone el toque español a la Selección Mexicana de Basquetbol

La Selección Mexicana de Basquetbol abre sus puertas en el cuartel del hotel Conrad, a las espaldas del Mall of Asia Arena de Pasay, para conocer a uno de sus cerebros tácticos. De las siempre boyantes canteras catalanas recaló en México Xavi Monferrer, quien ya se ha hecho cargo, por ejemplo, de la selección Sub 18 varonil. Lleva el basquetbol en la sangre desde chaval y, por eso, este Mundial es tan especial. Convencido está de la capacidad de reacción de los ‘12 Guerreros’, que también son suyos ahora.

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- Cuéntame sobre tus inicios, Xavi. ¿Cómo te diste que el baloncesto era lo tuyo?

Llevo en el baloncesto desde pequeño. Jugando, nunca en niveles muy altos. Desde los 16 años empecé a ser entrenador. En Cataluña se fomenta mucho eso. Fui haciendo varias formaciones hasta llegar al curso nacional de entrenadores de España. Entrené a varios equipos y, cuando me di cuenta de que era lo que me llenaba, busqué la opción de dedicarme a esta que es mi pasión.

- ¿Como llegaste al baloncesto mexicano?

Siempre estuve en equipos de formación: L’Hospitalet, Cornellá, el Barcelona mismo. Hubo un momento en el que quería dar el paso profesional. En España las condiciones eran más complicadas, por eso decidí abrirme un poco al mundo. Contacté con Omar Quintero, que estaba buscando a un asistente, y empezamos a colaborar. Después de la pandemia, me hizo un ofrecimiento para ir a Querétaro con él y ahí empecé mi aventura mexicana. Estuve esa temporada en Libertadores y las cosas fueron muy bien. Ahí, me invitó a unirme al cuerpo técnico de la Selección.

- ¿Cuál es tu rol en el staff técnico de la Selección Mexicana?

Me especializó un poco más en el análisis táctico de los rivales. Dar ese punto de vista un poco más europeo, con las defensas un poco más estructuradas.

- Desde esa óptica, ¿cómo describirías a la Selección Mexicana?

Una mezcla entre imprevisible y dinámico. Somos un equipo con mucho talento ofensivo, muchos jugadores anotadores, tenemos un amplio abanico de elementos que suelen registrar dobles figuras. Creo que es nuestra mayor virtud. Somos un equipo. Todos pueden brillar. Somos muy difíciles de defender, precisamente, por eso; no se pueden centrar en un jugador específico porque siempre aparecerá otro. Nos gusta correr, ser divertidos, hacer un basquetbol más alegre. Queremos anotar más que rival y no recibir menos que el rival.

- ¿Cuál fue la clave para que este equipo haya podido llegar al Mundial?

La figura de Omar es clave porque ha unido a todo el grupo. La cohesión que hay ahora mismo entre jugadores, staff, cuerpo técnico, seleccionador, es increíble. Eso facilita que todos crean en una idea y poder desarrollarla.

- ¿Cómo describirías al baloncesto mexicano, a grandes rasgos?

Es una mezcla del europeo y el americano. Al tener la cercanía con Estados Unidos hay una gran influencia. Eso hace que los jugadores mexicanos adapten ese estilo de juego: muy agresivo en el 1 vs. 1, muy valientes en el tiro. Se empieza a ver en las nuevas generaciones una visión más táctica, más de lectura. Cuando me preguntan desde Europa siempre les digo que son jugadores muy talentosos y muy ofensivos.

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- ¿Qué opinión tienen del baloncesto mexicano en Europa?

La referencia que tienen es Gustavo Ayón y poco más. A veces se sorprenden con que haya baloncesto en México. Les digo que es una liga muy interesante. Han visto que nos hemos clasificado al Mundial y la gente empieza a preguntar sobre cómo se desarrollan esos jugadores, cuáles son las siguientes generaciones. Sí que están empezando a interesarse.

- Este Mundial es la oportunidad para cambiar eso, ¿no?

El baloncesto mexicano es un diamante en bruto. Falta un poco de continuidad y de consistencia. Que demos la sorpresa en este Mundial, ojalá. El grupo está trabajando en ello. Pero lo más importante es estar aquí y en la siguiente edición.

- Después del Mundial, ¿piensas dar el salto a head coach? ¿O te mantendrás en el proyecto de Omar Quintero?

Me gusta bastante vivir y disfrutar el momento. Ahora mismo estoy centrado en el Mundial. Estoy muy a gusto trabajando con Omar, ya llevamos cuatro años. Hay muy buena sinergia. No me he planteado dar el salto, pero en el deporte nunca sabes qué va a pasar. El siguiente paso después de esto es pensar en los Juegos Panamericanos y las ventanas de AmeriCup.

- Vienen Lituania y Egipto para México...

Es un Mundial. No hay equipos flojos. Todos han clasificado después de derrotar a grandes selecciones. Por tradición hay equipos más potentes, claro. Lituania viene con una plantilla muy fuerte, con buen juego interior con Valanciunas y Motiejunas, con un muy buen tirador como Dimsa. También está Jokubaitis. Tienen también muchas promesas en el exterior que pueden dar mucho ritmo y velocidad. Egipto tiene otro estilo, también un juego interior muy potente y un par de exteriores que pueden marcar la diferencia. Al final, clasificar en África tampoco es tan sencillo y ellos llevan muchos años haciéndolo con consistencia.

- A pesar de que no está Sabonis, es todavía un equipo muy fuerte. En interno y en externo, además del bagaje NBA y europeo...

Tienen mucha tradición en este tipo de torneos. Es claro favorito para pasar a siguientes fases. Todos tienen experiencia en la liga lituana, en competiciones europeas. La baja de Sabonis es importante, pero la suplen con Valanciunas y Motiejunas, que son excelentes jugadores.

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- ¿Cómo preparar a un jugador mexicano para un duelo así, contra rival tan distinto a lo que están acostumbrados?

Principalmente, mentalizar al jugador y convencerlo de que se va a encontrar con algo diferente. Van con la ilusión de jugar contra un equipo europeo. Este punto de motivación de jugar con las potencias hay que incrementarla. Luego hay que trabajar en las prácticas y enfocarnos en detalles que no tenemos tan controlados, porque no solemos enfrentarlos. Y hacerles creer que se puede ganar.

- ¿Y se puede ganar?

Sí. Lo hemos demostrado. Hemos ganado a Estados Unidos, a Puerto Rico, a Uruguay. Creo que una de las fortalezas del equipo es la mentalidad de que le podemos ganar a cualquiera si hacemos las cosas a la perfección. ¿Para qué pensar que no puedes ganar cuando puedes hacerlo? Vamos a por todas. La competición nos pondrá en el sitio que nos corresponda.