El show de Kenneth Faried salva a Capitanes CDMX

Lo que era una noche apacible se convirtió en una extracción de muelas para Ramón Díaz. Capitanes convirtió una ventaja máxima de 15 puntos en un limbo con desenlace cardíaco (109-115). Sus fortalezas fueron sus pecados: pérdidas forzadas (8 robos) y puntos en la pintura (amparados en 17 rebotes ofensivos). La diferencia estriba en que Capitanes tiene a Kenneth Faried (23 rebotes y 21 puntos, bestial) y los Clippers, no. El sueño de los playoffs sigue intacto.

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El comienzo luminoso de Capitanes se ensombreció con los tapones a Maozinha y Thompson y las pérdidas de Borges. De 13-6 a 15-15. El triple de Hauser puso a los Clippers en ventaja por primera vez en la noche (20-21). El tesón de Kenneth Faried, aprueba de balas y lesiones, reactivó a Capitanes: en el último minuto del primer cuarto bajó sendos rebotes en ambas pinturas y abrochó con un mate ciclónico (31-25). En sólo 12 minutos, ya había descolgado siete pelotas de los tableros. La clavada de Diabate cimbró a la Arena CDMX, pero el vuelo de Malique Lewis, con premio extra incluido, resarció los daños. Al cabo de unos minutos, Molinar y Thompson enloquecieron al cuadro bajo de los Clippers. 61-47. El furtivo triple de Hauser finiquitó la primera mitad y apenas alivió a Clippers (65-56). Para entonces, Faried ya había alcanzado el doble-doble (10-12). Lo normal.

El show de ‘Manimal’ se mantuvo en la tercera manga. Otro juego de pasos en la pintura, un nuevo rebote ofensivo. Los Clippers se hicieron transparentes. Kunkel también lució puntería y Philipp Wheeler, defensa; ambos, como emergentes. La impecable guardia de Lewis sobre Harkless confirmó las buenas prestaciones capitalinas (93-81). Todo funcionaba. Hasta entonces. Tres perdidas en fila revivieron a los Clippers en el último cuarto. Una cuarta tragedia derivó en un rompimiento que Diabate convirtió en la remontada (95-96). Un obús del extrañamente desaparecido Ethan Thompson (18 es poco para sus estándares) terminó con una sequía de casi cuatro minutos sin puntos, pero el problema ya se había hecho grande. Nunca hay un partido tranquilo con Capitanes.

Maozinha abrió los mares (105-101), los Clippers regresaron y Borges encendió las turbinas (108-105). De repente, las 6,000 personas en la Arena CDMX sonaron a 60,000. Capitanes esquivó un triple de Hauser que lucía mortal, aunque el rebote defensivo de Faried quedó bajo sospecha. La decisión fue favorable a Capitanes, una por fin. El partido terminó en las manos de Kenenth Faried, con la enésima tabla. El 23. Y la Arena CDMX a sus pies. Y la sensación de tener a un MVP en ciernes, aunque la distinción no acompañe. Una línea estadística que valida su estirpe NBA. ‘Manimal’ MVP.

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