“Aún estamos muy lejos de la equidad salarial en el deporte”

El deporte es un reflejo de las conquistas sociales que han logrado las mujeres desde la segunda mitad del Siglo XX hasta el día de hoy. Mayor representatividad, más inclusión; esfuerzos por lograr la igualdad. El Mundial Femenino de la FIFA crece a ritmos agigantados. El 49% de los atletas que compitieron en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fueron mujeres. Las selecciones de fútbol femeninas de Brasil y EEUU lograron en los últimos tres años la equidad salarial. Eso en la visión macro. En el día a día, en los entresijos del todo, aún queda mucho por corregir.

“Es un ámbito que históricamente ha sido dominado por los hombres. Influye muchísimo tener más representación de mujeres en los deportes. Empieza a haber role models para las niñas y eso las inspira a involucrarse cada vez más”, comenta Gabriela Bustamante, directora de Propósito e Inclusión de PwC México. “Definitivamente hemos avanzado un gran trecho. Estamos mejor de lo que estábamos hace 20-10 años, pero todavía hay mucho por hacer. La mejora no solo es en el fútbol o los deportes olímpicos; también lo vimos con Diana Flores y el anuncio en el que apareció en el Super Bowl como protagonista. Eso abre unas posibilidades que ni siquiera nos imaginábamos”, añadió.

Reportaje | Día de la Mujer - Las (pocas) que mandan

Una de las asignaturas pendientes para la mujer en lo deportivo, lo cual se expande al resto de entornos sociales, es la equidad salarial: “Aún estamos muy lejos. Hay muchos factores a considerar, en el caso del deporte. Al interior de las empresas comparas dos personas que hacen exactamente el mismo trabajo, que tienen los mismos resultados, que tienen el mismo performance, que están generando el mismo revenue para la firma. Es comparar manzanas con manzanas. En el deporte debe haber un cambio socio-cultural, primero para que las mujeres generen monetariamente lo mismo que los hombres”. El problema tiene que ver con elevar las estructuras del deporte femenino y hacerlas redituables a todos los públicos, lo cual, considera Bustamante, necesita tiempo, trabajo y romper paradigmas: “Es algo complejo porque hay todo un tema de ventas, de muchos factores que no tienen que ver únicamente con el performance de las mujeres. Es un hecho que en el fútbol, en la rama varonil, se genera más en publicidad, en venta de insumos deportivos, que lo que hace su contraparte femenil. Hay que cimentar primero. Darle más visibilidad al deporte femenino”.

Otro factor para afinar tuercas es el acceso de las mujeres a la actividad física, lo cual, analiza Bustamante, está condicionado de inicio por perjuicios de género: “Desde que somos muy pequeñas nos inscriben en clases de ballet, de gimnasia, de jazz. A los niños los meten a clases de fútbol, de atletismo, de deportes de equipo. No tengo nada en contra de las disciplinas a las que se nos inscribe a las mujeres, pero entiendo que hay un submundo detrás de éstas que tienen que ver con trastornos alimenticios, con una búsqueda eterna de la perfección que, al final del día, deriva en inseguridades y muchos otros problemas físicos, mentales y emocionales. Claro, hay un gran beneficio en el desarrollo físico, pero estas disciplinas también orillas a las niñas a una disciplina y una perfección que, a la larga, puede tener consecuencias negativas”.

Para la especialista en deporte e inclusión, esa segregación priva a las mujeres de las bondades de la actividad física competitiva con otros y antes que con sí mismas: “Se aprende a colaborar, a desarrollar empatía, a trabajar en equipo, a respetar al contrincante; se desarrollan habilidades como la tolerancia a la frustración, aprender de los fracasos, comunicación asertiva. Es importante que las niñas participen de este tipo de deportes para que desde muy jóvenes comiencen a desarrollar estas habilidades que, al final del día, son cruciales para el día a día y que definitivamente se requieren en el espacio laboral”.

Acceso al deporte, urgente

En México, el acceso universal al deporte es un tema en la agenda, no solo de organizaciones no gubernamentales, sino de la Comisión de Deporte del Congreso de la Unión y de Conade. Bustamante coincide con el diagnóstico general: “El deporte cada vez cuenta con menos presupuesto y, como país, como sociedad, no estamos desarrollando una cultura del deporte, no se hable de mujeres, no se hable de personas con discapacidad. Es difícil ir a un parque, a una cancha de fútbol, a un espacio deportivo con rampas o inclusivo para personas con discapacidad (...) Nos estamos perdiendo de muchos de los beneficios de una cultura del deporte y del ejercicio en general; y para los grupos minoritarios, peor aún”.