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Finalizado

JAMAICA 1-1 MÉXICO

El show de Blake envía al ‘Tri’ al descanso

La Selección Mexicana sacó un punto de su visita al Estadio Nacional de Jamaica en su segundo partido en la Concacaf Nations League. Romo neutralizó el gol inicial de Bailey. No jugó Marcelo Flores.

Ciudad de México
Adrian Macias

La Selección Mexicana salvó un empate de su segundo viaje en cinco meses a Kingston. El contexto no fue tan apremiante como el de aquel entonces, pero no por ello menos valioso. Martino necesita soluciones para el doble sudoku: la lista de reclutados para el Mundial y la demostrabilidad práctica de sus principios de juego. Ambas parecen haberse aclarado tras el empate ante los ‘Reggae Boyz’ en la segunda aparición del ‘Tri’ en la Nations League 2022-2023, su quinto partido en 18 días. Deberes hechos, que venga el reposo antes del día prometido. Que ya llega.

El partido no necesitó de ningún round de reconocimiento. Ambos equipos se lanzaron al campo sin arneses, ni cortesías. Qué va. Un ajuste de cuentas netamente made-in-Kingston. Martino guardó al pelotón que se batió con Surinam y optó por uno, a priori, más dinámico, más proclive al barullo. Antuna fue el primero en mostrar las armas, pero el revólver se le desarmó desde el mango, a lo Johnny English, después de que Luis Chávez hiciera lo posible para perturbar a Blake. Habría sido cómico de no ser porque el Mundial aguarda y las aguas estén revueltas. Jamaica no perdonó su oportunidad. Nicholson colgó la pelota desde la curva sur del velódromo y Bailey, cabeza de ébano esculpida en Birmingham y Leverkusen, sometió a Cota.

Tras el golpe, ‘El Tri’ las pasó canutas. Como casi siempre en Kingston. El sofoco caribeño. La Nations League, ah, tortuoso tormento, escabrosa obligación. Nicholson, imitador de Bailey, hizo temblar el poste transversal (y los nervios de Martino). Y quizá muchas más cosas. Ocurrió que el seco sonido del balón estrellado en la madera operó como una especie de despertador para la Selección. Un timbre sin reggae a tiempo para Beltrán y Chávez.

RICARDO MAKYNAFP

‘El Tri’ mejoró sintonía cuando se encontró en apuros. Está probado que no hay mejor incentivo que la sensación de peligro. Beltrán encontró auténticos oasis entre líneas y Chávez tiró de repertorio box to box en cuanto Lambert y Williams soltaron las cadenas. Cuando Blake desplegó escudos para detener el feroz tiro de Álvarez, un ferrocarril como los que ya no hay en Kingston, el once experimental de Martino ya gobernaba sobre el Estadio Nacional. Eso no preocupó a Paul Hall: parte del plan era liberar a Nicholson y Bailey en las veredas, sometidos a las vigilancias poco rigurosas de Angulo y ‘Cata’, ceder dominios en pos de un bien mayor. Giménez y Bailey intercambiaron sendos mazazos mientras ambos equipos se entregaban a sus instintos y al campo de juego se le veían las costuras. Cuando el árbitro López ya cogía aliento para el silbatazo del medio tiempo, Chávez tocó con finura y Romo cabeceó con furia (y un poco de contorsionismo). El gol era justicia elemental.

El guardián de Jamaica

El segundo tiempo entregó una colección de highlights de Andre Blake, portero cuya reputación sería astronómica si le amparase una bandera europea (o australiana, a saber). Antes del sobrecogedor recital del meta jamaiquino, Romo desbarató la obra de Nicholson: picoteo artístico que libró las manoplas de Cota. El sofoco. Martino insertó a Lainez, el agitador por naturaleza de los partidos sin azúcar, y la idea funcionó. La hiperactividad del extremo bético desesperó a Topey y Brown, quienes solo pudieron seguirle la estela. Sus esmeros, enganches y fintas, todas prolijas, solo hicieron estrella a Blake. También las de Antuna, cuyo desmarque ruptura para alcanzar el pase de Chávez al vacío, quedó desactivado por el guardián del Vale Royal, el celador del Emancipation Park.

Andre Blake, gran figura del partido entre Jamaica y México en Concacaf Nations League, que quedó 1-1.Adrian Macias

Un ciclón caribeño se precipitó sobre el Estadio Nacional de Kingston y Chávez, que ha acumulado puntos suficientes en su tarjeta de viajero como para reservar un boleto a Doha, leyó correctamente las bondades del césped truculento: ni ello pudo con Blake. El partido acabó casi difuminado por la lluvia. Y sin Marcelo Flores a la vista. El ‘Tri’, al último descanso antes del Día-D.

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