‘El Papa’ que bendice a la Selección Mexicana por todo EEUU
Sergio Mena suele disfrazarse de Papa para acudir a los partidos del Tricolor en Estados Unidos. Se ha vuelto uno de los aficionados mexicanos más célebres.
“¡Bendiciones, bendiciones!”. Sergio Mena se abre paso entre la multitud mientras dibuja en el aire una cruz con los dedos recogidos de su mano derecha. La mitra de base e ínfulas doradas; la casulla impecable y limpia; el palio de destellantes detalles áureos abrazado a su cuello. “Que la paz sea con todos ustedes”, predica mientras sus manos ahora trazan el vaivén de un director de orquesta que dicta los 2/4. Ya no hay cruces redentoras imaginarias flotando por su camino, pero sí un séquito de discípulos ávidos de recibir las bienaventuranzas del vicario. Del Vicario del Tri.
‘El Güero’, como también se hace llamar el supremo pontífice de las canchas, vive en Houston desde hace 35 años; tiene 57 y 11 investido como el Santo Padre de los estadios. El emisario de San Pedro en las tribunas. “Me visto así porque un día lo hice, de broma, y luego comencé a venir a los estadios. A la gente le gustó y se acostumbró a reconocerme cada que había partido. No solo me visto de Papa cuando viene la Selección, también cuando toca ver a algún equipo mexicano”, cuenta el oriundo de Monterrey, rodeado de decenas de sus feligreses. Ahora mismo ya no trabaja. “Ya estoy descansando, disfrutando”, zanja. “No es cierto, es el Papa. ¡Tiene mucho trabajo!”, espeta uno de sus discípulos. Las risas del pontífice.
11 años y decenas de estadios recorridos. De procesiones de fe, porque los estadios también son templos y la esencia emocional del fútbol está construida sobre una fe cuasi religiosa. La inquebrantable fe por el ‘Tri’. Y así seguirá, por los siglos de los siglos, sermonea ‘El Güero’. “Que gane el mejor. A eso venimos, a ver un buen espectáculo. Cero broncas, cero”, pontifica. Cruz al aire. “¡Bendiciones a los dos equipos!”. Y prosigue su marcha. Palabra de Dios.