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MUNDIAL FÚTBOL

El Mundial 2034 en Arabia Saudita levanta dudas

Las políticas del reino arábigo no comulgan con los estatutos de FIFA ni con su código de Derechos Humanos. Se repetirán varios debates del Mundial de Qatar.

Ciudad de MéxicoActualizado a
Las políticas del reino arábigo no comulgan con los estatutos de FIFA ni con su código de Derechos Humanos. Se repetirán varios debates del Mundial de Qatar.
-AFP

Gianni Infantino lo confirmó. La Copa del Mundo de la FIFA en 2034 será en Arabia Saudita. El segundo en la península arábiga y en el mundo árabe. Australia no cumplió con la fecha límite para declarar formalmente su interés de participar en la licitación, lo que dejó, automáticamente, el camino abierto para que Arabia Saudita contendiera en solitario. El Congreso de FIFA deberá ratificar, a partir del cuatro trimestre de 2024, la concesión de los derechos de organización al reino wahabí, al que sólo le ha bastado con presentar su candidatura para hacerse con la joya de la corona. El método de elección, las consecuencias del mismo (temperaturas y cambio de calendario, construcción de estadios, apertura social), y el récord en materia de Derechos Humanos del próximo anfitrión serán materia de debate en los años entrantes. Tal como ocurrió en el marco de Qatar 2022. Vuelta a empezar.

Arabia Saudita ocupa los últimos lugares en diversos índices de democracia y libertades. El más reciente análisis de Freedom House otorgó sólo ocho puntos de 100 posibles al reino en sus dos tópicos a evaluar, derechos políticos y libertades civiles, lo que le valió un veredicto final de ‘país no libre’. De hecho, sólo 12 naciones y territorios reconocidos parcialmente obtuvieron peores puntajes; entre ellos, Corea del Norte, Sudán y Turkmenistán. El ranking 2023 de Libertad de Prensa, elaborado por Reporteros Sin Fronteras, colocó al futuro anfitrión de la Copa del Mundo en el sitio 170 de 180 países. De acuerdo a la organización, al 1 de enero de 2023, Arabia Saudita había encarcelado a 27 periodistas, acusados de variedad de delitos como “blasfemia”, “incitación al caos” y “amenazas a la unidad nacional”. Peor aún, el Índice de Democracia de The Economist, correspondiente a 2022, ubica a la monarquía saudí en el lugar 150 de 167 (con 2.08 puntos, y 0.0 en pluralismo y procesos electorales), con un tipo de régimen etiquetado como ‘autoritario’; Qatar, organizador del último Mundial, se encuentra en el peldaño 114.

El resumen de Freedom House no deja en buena lid a Arabia Saudita. “La monarquía absoluta restringe casi todos los derechos políticos y libertades civiles. No se elige a ningún funcionario a nivel nacional. Para mantener el poder, el régimen recurre a la vigilancia generalizada, la criminalización de la disidencia, la apelación al sectarismo y la etnicidad, y el gasto público financiado con los ingresos del petróleo. Las mujeres y los miembros de minorías religiosas sufren una amplia discriminación en la ley y en la práctica. Las condiciones de trabajo de la numerosa mano de obra expatriada suelen ser de explotación”. Amnistía Internacional reportó que, en un sólo día (11 de marzo de 2022), el reino ejecutó a 81 hombres, bajo cargos de ‘terrorismo’ y ‘tráfico de drogas’. El método empleado, como en todos los casos, es la decapitación. El gobierno saudí aplicó, durante aquel año, la pena máxima a 147 personas (sólo menos que Irán). De hecho, ambas naciones, sumadas a Egipto, concentraron el 94% de todas las ejecuciones registradas oficialmente en 2022.

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La política de Derechos Humanos de FIFA, vigente desde 2017 y desarrollada con apoyo técnico del Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, no calza con los indicadores y la legislación saudíes. El artículo 11 del código señala: “La FIFA exigirá a quienes organizan torneos la implantación de estructuras competentes e independientes para revisar los problemas y las quejas relacionados con los Derechos Humanos en el contexto de la organización de dichos torneos”. El artículo 3 no exime a FIFA de su rol para proteger los DDHH en el marco de sus competiciones: “La FIFA desea prevenir o mitigar las consecuencias negativas sobre los Derechos Humanos directamente relacionadas con sus operaciones, productos o servicios derivados de sus relaciones comerciales, incluso si la FIFA no ha contribuido a que se produzcan esas circunstancias”.

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Getty Images

En el mismo tenor, el artículo 7 establece que la Federación pujará por el cumplimiento a los DDHH en caso de que un país anfitrión los pase por alto, aunque reconoce limitaciones legales para ello: “Cuando las legislaciones nacionales y la normativa internacional en materia de Derechos Humanos difieran o sean incompatibles, la FIFA seguirá la normativa más estricta sin contravenir la legislación y el marco regulador nacionales. En los casos en los que el contexto nacional socave la capacidad de la FIFA de respetar los Derechos Humanos internacionalmente reconocidos, la FIFA colaborará con las autoridades competentes y otros interesados de manera constructiva y pondrá todo su empeño en cumplir con su responsabilidad para con los Derechos Humanos internacionales”. En Arabia Saudita están prohibidos los partidos políticos; opositores, como Abdullah al-Hamid, han muerto bajo custodia policíaca; la profesión pública de una fe diferente a la musulmana puede ser castigada con la cárcel; toda actividad sexual fuera de matrimonio está criminalizada y, en algunos casos, puede acarrear la pena capital.

La protección de los Derechos Humanos es un requisito indispensable en el proceso de concesión de la Copa del Mundo desde 2017. Las regulaciones aprobadas para la licitación de la sede de 2034 requieren de una declaración gubernamental, en el inciso 3.2.9, que consagra “que cada uno de los gobiernos involucrados exprese su compromiso de respetar, proteger y defender los Derechos Humanos, incluidos los derechos laborales de los trabajadores, con respecto a la organización y celebración de la competición y cualquier actividad relacionada y de legado posterior al evento, en especial en lo relacionado con la seguridad, el posible reasentamiento y desalojo, los derechos laborales de los trabajadores (incluidos los de los trabajadores emigrantes), los derechos infantiles, la igualdad de género, la libertad de expresión y de asociación pacífica y la protección de todas las personas ante cualquier forma de discriminación”. Todos los candidatos a adquirir los derechos de organización del máximo torneo futbolístico tienen la obligación de presentar una cláusula de compromiso con los principios del código de DDHH de FIFA. En la hoja de requisitos oficiales, un representante del gobierno nacional, el saudí, en este caso, debe signar cuatro deberes respecto a los DDHH, incluida la instauración de un mecanismo de denuncias y la garantía de velar por la libertad de expresión.

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Gianni Infantino, presidente de la FIFAFIFA/Handout via REUTERS

“Cuando estén en riesgo las libertades de los defensores de los Derechos Humanos y los periodistas profesionales, la FIFA adoptará las medidas adecuadas para su protección, sirviéndose, entre otros, de su influencia con las autoridades competentes”, contempla el Pilar III de la estrategia de Derechos Humanos de FIFA, lo cual se presenta como un reto mayúsculo en un país a la cola del principal indicador de libertad de prensa (170/180) y cuya estructura diplomática fue culpabilizada del asesinato de Jamal Khashoggi, periodista de The Washington Post, en 2018 (acción perpetrada dentro del mismo consulado saudí en Estambul).

Comentarios de FIFA

AS contactó a FIFA sobre la discrepancia entre el proyecto saudí y su política de Derechos Humanos, la cual describió en correo electrónico como “el sistema más avanzado en su clase”. La Federación afirmó que los procesos de licitación de 2030 y 2034 se acogerán a los principios del código antes de la confirmación de las candidaturas únicas por el Congreso. La candidatura saudí, también, deberá asegurarse de que sus presentaciones relacionadas con los Derechos Humanos incluyan la participación de los stakeholders. Todos los informes, incluidas las evaluaciones independientes de Derechos Humanos, se harán públicos a su debido momento.

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Noushad ThekkayilEFE

¿Otro Mundial en noviembre?

Una de las batallas del Mundial de Qatar fue la calendarización. Las extremas temperaturas en la península arábiga durante el verano boreal, usual intervalo en el que se celebra el torneo, motivó una disputa entre las ligas, las confederaciones (UEFA y Conmebol al mando), y FIFA. La única solución fue cambiar toda la agenda del fútbol mundial, lo cual encontró grandes resistencias. FIFA anunció las nuevas fechas en julio de 2018. Qatar 2022 fue la primera Copa del Mundo en llevarse a cabo en noviembre y diciembre, a media temporada, lo que obligó a detener por más de un mes la mayoría de las competiciones locales e internacionales de clubes. El calendario recién se normalizó. La situación se repetirá en 2034. Las temperaturas alcanzan los 50°C en Arabia Saudita entre junio y agosto, lo cual dificulta el traslado y estancia de aficionados, los entrenamientos de los equipos, y la celebración de los partidos.

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