Carlos Gardel, el rey del tango con el corazón dividido en la Final de Uruguay 1930
Entre uruguayos y argentinos, el mítico cantautor de tango visitó las concentraciones de ‘sus dos países’ y cantó para ellos previo al partido definitorio en la Copa del Mundo de 1930.
La primera Copa del Mundo en la historia se celebró en territorio charrúa durante 1930, además de representar un antes y un después en el balompié alrededor del planeta, marcó el inicio definitivo — tras los Juegos Olímpicos de Países Bajos en 1928 — de la que a la postre se convertiría en una de las rivalidades más importantes el fútbol de selecciones nacionales, el ‘Clásico del Río de la Plata’, Uruguay vs Argentina.
En la primera final que se disputó en el torneo más importante de este deporte existía una historia detrás de un simple enfrentamiento en el terreno de juego entre uruguayos y argentinos, pues se encontraba el cantautor de tango más famoso del mundo, Carlos Gardel. El interprete de ‘Mi noche triste’, ‘Por una cabeza’ y ‘Volver’, entre otras, tenía el corazón dividido por sus patrias queridas.
Aunque aún no hay un dato exacto sobre el día y lugar de su nacimiento, Charles Romuald Gardés, pudo haberlo hecho en Tacuarembó, Uruguay un 11 de diciembre de 1887 o en Toulouse, Francia un 11 de diciembre de 1890. Aunado a esto, Gardel vivió desde su infancia en Buenos Aires, Argentina, lo que lo motivó a nacionalizarse de este país en 1923.
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El exponente más relevante del tango alrededor del mundo generó una gran conexión con la nación charrúa, ya a que existió una acta que demostraba su origen en dicha tierra, por lo que en el partido definitorio de la primera justa mundialista fue un suceso que significó demasiado en la vida del cantautor sudamericano, quien según una investigación del diario La Razón se encontraba de gira por Montevideo en ese momento.
Sumado a esto, el mismo periódico indicó que el cronista de aquella historia le solicitó al apodado ‘Zorzal Criollo’ su pronóstico para la gran final, a lo que respondió: “Ambos son buenos y juegan un fútbol maravilloso y artístico, ahora que veo a los nuestros tan alegres y decididos, cabe esperar que, ganando o perdiendo, lo sabrán hacer como buenos criollos, es decir, con todos los honores”.
Luego de visitar ambas concentraciones previo a la definición por el título y cantar para cada una de las selecciones algunos de sus éxitos como ‘Buenos Aires’ y ‘La Uruguayita Lucía’, Gardel fue cuestionado por el defensor central Fernando Paternoster sobre si se quedaría a ver el partido, contestando: “No, muchachos. Quise cantarles unos tangos y nada más. ¡No quiero que haya ganadores!”. Uruguay terminaría ganando aquella final 4-2 desde el Estadio Centenario y Carlos Gardel perdería la vida cinco años después, cuando su avión cayera en Medellín, Colombia un 24 de junio de 1935.