Salcido se ilusiona con un título para cerrar su carrera
El defensa del conjunto del Rebaño, sueña con terminar su carrera con un campeonato con el conjunto tapatío, mismo que se le ha negado.
Pocos sienten tanto los colores como él. Carlos Salcido es rojiblanco. Por eso, sueña. La ilusión crece día a día. Sabe que no se ha ganado nada. Pero paso a paso, persigue el objetivo que ha visualizado desde hace mucho tiempo: ser campeón con Chivas. Levantar un trofeo de Liga con el equipo de sus amores.
Su carrera ha sido brillante. Tres Copas del Mundo. Fue campeón dos veces en Holanda con el PSV Einhoven y en México con Tigres. En su regreso al Rebaño Sagrado ya suma dos Copa MX y una Súpercopa. Un palmarés importante. Pero le falta algo: la Liga con el Guadalajara.
Hoy que está en Semifinales, luego de eliminar al Atlas, el veterano alimenta la esperanza de darle a su trayectoria un cerrojazo inolvidable. “Dios quiera. Nunca hablaré de mí mismo, pero sí sería muy bonito cerrar una carrera con un título que siempre he soñado. Me he visualizado… Dios quiera”, responde cuando es cuestionado por AS México.
Y enseguida, profundiza con este medio acerca de las motivaciones que tiene para ser campeón con el Rebaño Sagrado. “Lo he vivido de las dos formas y me hace falta sólo vivirlo solamente de una manera, que me he visualizado y soñado, te lo juro por Dios. En el 2004, me tocó jugar la final con Hans (Westerhof) contra Pumas y fue triste”, relata.
“Llegamos al aeropuerto de Guadalajara y todo el camino hasta La Minerva venía llorando arriba del autobús porque veía a toda la gente en el camino que estaba en las laterales. Me imaginaba cómo hubiera sido de haber quedado campeones, cómo habría estado la gente. Imagínate, si así estaban porque quedamos en segundo lugar. Fue muy triste para mí y la verdad ahí fue donde se me quedó la ‘cosita’ de que algún día tenía que ser campeón con Chivas, para tratar de darle una sonrisa a esa gente”, continúa.
Después de la Copa del Mundo de Alemania 2006, Carlos Salcido emigró. Fue adquirido por el PSV Eindhoven. Justo en ese semestre, Chivas se coronó. La undécima estrella del Rebaño Sagrado, la vio por televisión, desde Holanda. En Europa, lo vivió como un aficionado más. Se contagió de esa felicidad rojiblanca.
“Después me fui del equipo. Quedaron campeones y créeme que lo sentí como si estuviera ahí, porque veía el rostro de mis compañeros, de mis amigos. Sabía lo que se ha sufrido para llegar a tal instancia. Entraron como octavo lugar. Fue difícil porque entras en octavo y aparentemente te encuentras a los mejores equipos en la Liguilla, los primeros lugares. Fue difícil. Me dio muchísimo gusto. Ahora cada que entramos a Liguilla, hermano, imagínate lo que siento. Hoy me siento cerca, son muchas cosas, pero sabemos que es paso a paso. No puedes pensar en una cosa si no das el primer paso”, reflexiona.
Hoy, con Toluca como rival en Semifinales, el veterano sueña con el cierre perfecto para una carrera ya de por sí brillante. “Ahí vamos, hermano. Dios quiera que me dé tiempo y piernas para alcanzar el objetivo. No sólo lo quiero yo, sino todos mis compañeros. Sería muy padre, créeme que se lo merecen todos. Los veo trabajar y se lo merecen, la verdad, por lo que han aguantado y sufrido años atrás con el descenso y cosas de ese tipo. Sería muy padre”, concluye Carlos Salcido.
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