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QUERÉTARO VS CHIVAS | FINAL COPA MX

¡Volpi ataja la maldición!

Un recital del arquero brasileño, insuperable, dio a los Gallos de Querétaro su primer título oficial. Vucetich llega a su 11° campeonato. Querétaro había sufrido la expulsión de Rentería al 70'.

México DF
¡Volpi ataja la maldición!
ISAAC ORTIZMEXPSORT

Veracruz vs Querétaro

Cuenta la leyenda que en el Estadio Corregidora moraban espíritus malignos; quejosos de que el recinto había perturbado su sueño perpetuo. A su deambular siniestro, nosotros, los terrenales, achacábamos los malos farios que definían la vida de los Gallos Blancos: descensos, desapariciones, tiempos infaustos, grisáceos, funestos. Ya no más. De eso se encargó Tiago Volpi. El arquero brasileño fue Casillas en Johannesburgo, Yashin en París; una providencia, un 'barrilete cósmico'. La leyenda ahora tratará sobre cómo Tiago Volpi podría haber detenido las bombas del Enola Gay. Sus palmas de acero llevaron a Querétaro a su primer título oficial. El primero, de por vida. De siempre. Él y la batuta de Vucetich, a quien deberíamos rebautizar como 'El único e inigualable Rey Midas'. 

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ANTONIO GARCIAMEXPSORT

La fiesta en Querétaro fue perturbada por los misiles de la artillería del Guadalajara, equipo de fácil gatillo y con arsenal suficiente como para volar todos los estadios de México. 'El Gullit' y Calderón accionaron los 'Tomahawk', pero Volpi, 'Gigante de Hierro', puño sobre la cabeza, voló hacia la estratosfera para detenerlos. Entre líneas, Sánchez desgarró sus músculos y Brizuela fue llamado para rellenar el boquete. Vucetich advirtió la descompensación y ordenó percutir la parcela derecha. Frente a los ojos de Fierro y Cardozo se abrió una estepa, jugosa, territorio inhóspito, presto para la conquista. En la primera incursión, Cardozo se excedió de potencia y Sanvezzo no remató la maniobra. Cómo desaprovechar un mano-a-mano, explicado por los delanteros de Querétaro. 

Matías Almeyda, arrojado como él mismo, ordenó el despliegue de sus fuerzas; Cisneros hacia la izquierda y Peña, surcando de norte a sur el frente del ataque, casi a palcer. Pero Volpi, siempre Volpi. Brizuela probó la caña del cañón: Volpi. Pereira cabeceaba: Volpi. El nombre del portero brasileño resonó a tal volumen que los espectros que deambulaban en la Corregidora huyeron poco a poco, aunque se asomaron cuando el cortocircuito neuronal de Andrés Rentería, quien agredió a Ponce, puso el partido a punto de ebullición. Lo cierto es que el exilio del colombiano revitalizó a los Gallos y las Chivas acusaron la expulsión como propia. El tesón de Sepúlveda, un ferrocarril sin escalas, motivó el repliegue del Rebaño, que tuvo que pedirle a Rodríguez que sacudiera sus guantes para limpiarse el óxido. Forlín acometió y Alanís, una torre de control, evitó un desastre en el área tapatía. El partido expiró mientras a Zaldívar y Jaime Gómez se les iba la luz y les escurría la sangre. 

Penaltis. Misma instancia en la que Gallos y Chivas triunfaron sobre Toluca y América. El destino tiene sus mañas. Y volvió a volar Volpi. Volvi, Volpi. Pereira y Cisneros fueron cegados por el proceso de asunción del guardameta, imperial. Incluso, Volpi se dio tiempo para campanear el travesaño e inflar las redes. Y Pulido, con sus botines de 20 millones de dólares, envió su tiro a la madera. A Chivas le borbota el fútbol, pero no la suerte; no hoy. Y la Corregidora se iluminó. La negrura se difuminó, como un castillo que rompe el maleficio por una promesa de amor eterno mientras las chispas y las centellas lo refulgen. ¡Gallos campeón! Palabras incompatibles, hasta ahora. 

Y contaba la leyenda...