Murió el campeón; México, fuera de los Juegos Olímpicos
El Tri Olímpico perdió 0-1 ante Corea del Sur y no pudo revalidar la medalla olímpica conseguida en Londres 2012.
Al parecer, repetir medallas no es lo de México; pasó en clavados, pasa en el fútbol.
Hoy no hay bicampeonato olímpico, ese del que se comentó todo el verano. Hoy, ese equipo que tenía la "medalla segura", de la que hablaban muchos, no pudo pasar ni siquiera de la fase de grupos de Juegos Olímpicos y quedó eliminado por el exceso de confianza, la falta de preparación adecuada y por poco fútbol. Un doloroso 1-0 frente a Corea del Sur decretó el adiós definitivo a Río 2016.
La Selección Mexicana de Fútbol fue eliminada a manos del líder de grupo, que siempre mostró hambre de más, pero la derrota ante los asiáticos sólo culminó un proceso fallido desde el arranque.
México evidenció este miércoles la ausencia de un goleador y la de alguien que armara el fútbol en todos los Juegos Olímpicos. El Tri extrañó a alguien que nunca tuvo y quizás a más de uno. Le hicieron falta verdaderos refuerzos olímpicos y a Hirving Lozano, la "promesa" que nunca se convirtió en líder, que nunca se pudo echar al equipo a los hombros y se fue de Río 2016 por la puerta de atrás, al recibir la tarjeta roja en el que debía ser su partido.
La historia se sabía desde el 14 de abril, cuando se sortearon los grupos. Había que empezar fuerte ante Alemania -se hizo-, golear abultadamente a Fiji -no se consiguió- e ir a buscar contra Corea la clasificación, dependiendo de cómo se diera el grupo -se intentó sin éxito-.
El fútbol de México nunca fue el de un campeón avasallador. Contra Corea se intentó mucho, pero sin efectividad. A excepción de aquel tiro al poste de Carlos Cisneros no hubo nada destacable.
El trabajo defensivo tampoco fue el mejor y una llegada de peligro le bastó a los 'Tigres' orientales para escribir la historia.
Al final, ocurrió el mal eterno del fútbol mexicano: creerse triunfador antes de pisar el césped. El verano le mostró a México, una vez más, que no todo se puede ganar desde afuera.
Pasó en la Copa América y ahora en Juegos Olímpicos. La camiseta no pesa y menos en el fútbol con límite de edad. Un México gris le dice adiós a Río 2016, a la medalla, a la gloria olímpica, de la misma manera que le dijo adiós al buen fútbol.