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AMÉRICA 2-0 SANTOS

Hogar, dulce hogar; el América finalmente gana en el Azteca

Con goles de Oribe y Andrade, las Águilas vencieron en su nido por primera vez en el CL2016 y consiguieron su segundo triunfo consecutivo.

México DF
Oribe Peralta anotó su primer gol a Santos vestido con la camiseta del América.
Oribe Peralta anotó su primer gol a Santos vestido con la camiseta del América. ADRIAN MACIASMEXSPORT

Nada como el hogar, clamaría Ignacio Ambriz. Cuando regresó a su morada, después de un largo, larguísimo periplo, encontró la puerta desgarrada, las paredes pintarrajeadas, el mármol del piso craqueado, basura en las escaleras, la nevera vaciada, las estatuas de alabastro derruidas, un hedor a whisky, lodo y vómito por doquier. Un hogar convertido en refugio 'okupa'. Oribe y Andrade fueron los encargados de recuperar el maltrecho lar para las Águilas. Qué importa. El hogar siempre será el hogar. 

Ambriz, eso sí, optó por tomarse la re-ocupación de sus aposentos con demasiada cautela. Que los inquilinos no noten que el águila rondaba. Disimular, disimular. Andrés Rentería, bala amenazante, sembró el pánico en la tropa azulcrema. Parecía que el nuevo 'okupa' de la semana no tenía pensado abandonar la vivienda tan fácilmente. El América dejó de disimular cuando empezó a sentirse acosado por la inminencia de la noche. Estrategia de desgaste: golpe tras golpe que, tarde que temprano, terminaría por derrumbar la puerta. Primero Darwin, luego Arroyo. Finalmente Oribe, con un cabezazo en plancha, bellísimo, asistido por una jugada virtuosa de Paul Aguilar, quien convirtió a Rabello en un trapo. Y en qué momento, justo antes de la campana. Oribe, el hombre que siempre llega a tiempo. 

El gol condicionó los estados de ánimo de la segunda mitad. Los 'okupas' de Zubeldía, reducidos a una bandada de errantes sin uso ni beneficio, nunca lograron perturbar a los azulcremas. Sólo Andrés Rentería, con un cabezazo inspirado en Oribe, 'frentazo' seco y eléctrico, logró que Muñoz sacara los escudos. Tras ello, el América achuchó, no con demasiada vehemencia, sino lo suficiente para minar la confianza de los invasores. Zubeldía anunció la quema de las naves. Y cuando Rabello y Djaniny preparaban el plan para incendiar el Azteca, una procesión de Rubens Sambueza deshizo a Izquierdoz y dejó el clímax en manos de Andrade, cuyo grito final expulsó definitivamente a los asaltantes. Primera victoria en el Azteca desde los cuartos de final del Apertura 2016 (contra León, 4-1). Primer gol de Oribe contra su exequipo, el de sus amores (Oribe dixit). Y primera sonrisa para Ambriz en mucho, mucho tiempo. ¿Recuerdan que dudábamos si Ambriz acaudillaría la re-conquista de su castillo?  Pues sí, lo hizo. Hogar, dulce hogar.