Las Águilas golean en Morelia con doblete de Oribe
El América volvió a la victoria tras apalear en su reino a la Monarquía. Oribe, dos goles en minuto y medio. Arroyo abrió el marcador.
Golpe de Estado: la Monarquía, hecha añicos, fue vapuleada en su terruño. El América de Ambriz retomó la senda de la victoria al golear 0-3 al tozudo Morelia de Meza, muy bravío por 60 minutos, una ruina el último tercio del encuentro. Oribe Peralta, figura estelar del encuentro, encaminó la victoria con dos tantos en minuto y medio.
El América inició fogoso; ávido de llevarse el partido cuanto antes posible. Morelia es tierra hostil. Darwin Quintero, un bosquejo del incombustible cacique que dominaba las praderas laguneras, hizo estallar el travesaño de Cirilo Saucedo con un misil al minuto 2. Poco después, Jorge Isaac Rojas borró de los registros un gol de Paul Aguilar al minuto 7, por fuera de lugar. Decisión a tomar con lupa. El América perdió energía y la Monarquía espabiló. Hibert Ruíz probó puntería poco antes de que Jefferson Cuero, perseguido por Aguilar, alcanzara velocidad crucero escorado en la banda izquierda. Tan veloz que su cuerpo se venció. Cuero salió del partido tocándose las costillas. Su salida dejó a Morelia desprovisto de vigor, no obstante González tirara por la borda la opción más clara para los purépechas, cuando punteó hacia la línea final con la pierna izquierda un mano a mano con Muñoz.
Retomó vigor el América en la segunda mitad, siempre con Cirilo soportando metralla; doble atajada a disparos de Quintero y Arroyo. Después, desactivó una bomba nuclear enviada por Michael Arroyo, de tiro libre directo. Isaac tendría que haber consultado con la lupe para dictaminar si el balón cruzó la línea de gol. Más fácil, seguir jugando.
El acoso azulcrema fructificó finalmente, cuando Andrade, justicia divina, acarició el cuero sutilmente ante la acometida de Cirilo. Inició el huracán. Oribe remachó, con la suela del botín, una jugada atómica de Andrade: túnel, desborde y pase con el exterior. 90 segundos después, pesco un centro muy alto de Osvaldo Martínez, con un salto más poderoso que Erpen y Torsiglieri. Instinto asesino. Pudo incrementar la ventaja el América, pero Rojas invalidó un tanto de Martínez por mano: decisión sin lupa de por medio, ahora sí. Un último disparo de Zamorano, atajado por Muñoz, resumió la noche moreliense: enjundia sin suerte.
Cayó la Monarquía, otra vez, y volvió a volar el Águila tras la derrota ante Tigres. Ahora, el ave escolta a León en la tabla general. En el horizonte, aguardan las Chivas. Las míseras y cómicas Chivas. Pero esa es otra historia.