La Fiera remonta en el Infierno y retoma el liderato general

Rugido infernal. El León de Pizzi triunfó por tercera vez consecutiva en Toluca, al vencer 1-3 a los Diablos Rojos de Cardozo y asaltar, de nueva cuenta, la punta del campeonato. Peña en estado de gracia, Boselli como pretoriano y Vázquez como mariscal; el León demolió a los Diablos, que sólo habían recibido cinco goles en el torneo, en un segundo tiempo magnífico que confirmó su rejuvenecimiento: las garras más afiladas, el salto más poderoso, el rugido más estruendoso. 

El Toluca inició el partido a todo vapor. Siete minutos después del silbatazo inicial, Darío Bottinelli, mitad 'pollo', mitad crack, disparó un cañonazo, potente y esquinado, que venció la estirada de Martínez. Una pizca de lo que sus pies pueden emanar. El talento le borbota pero él es celoso. El León se desmelenó y empezó a asediar a la presa. Montes disparó muy desviado y Boselli entabló una guerra de trincheras con Da Silva. En el otro frente, Uribe cabeceó en alarde de malabarismo, pero Martínez embolsó sin problemas. No aprovechó el Toluca su dominio. Pagaría caro la dejación. El León ataca mejor asediado por las llamas del infierno. 

Reculó el Toluca en el segundo tiempo y el León inició un monólogo con balón en pies. La Fiera en pleno ritual pre-ataque: la respiración calma, los ojos fijos, su cuerpo bien oculto tras el matorral, el gruñido como ronroneo. Boselli giró y disparó alto, pero no lejos, todo antes del primer zarpazo, o picotazo, más bien: el 'Gallo' Vázquez libró la valla (la pierna de Ríos) e impactó al arco de Talavera. Brutal. Las redes se incendiaron, pero la pantalla sólo repitió la imperial salva de Vázquez. 

Los Diablos lucharon para librarse de las garras del León. Una melé en el área casi termina con un remate de Da Silva, impedido por un lance kamikaze de González, poco antes del punterazo de Triverio tapado por Martínez. No sospechó el Toluca la presencia de más depredadores. Tan presto para destazar al león que no advirtió al resto de la manada que aguardaba a sus espaldas, disimulada por los matorrales, lista para soltar el zarpazo.

Justo antes de clavar el tridente sobre la piel de la fiera, fue embestido por un león que se prensó de su espalda. El Gullit Peña, mitad holandés, mitad felino, se encargó de destripar al Diablo. Primero, al coronar un portento imaginado por Navarro y ejecutado por Boselli. pase cruzado, pivoteo de cabeza dentro del área y remate de bolea. Luego, en una cabalgata demencial finalizada por una caricia suave frente al 'Cristo' que había plantado Talavera ante él. 1-3. Las llamas no incineran al león, lo fortalecen. Como el león que encontró Dante en el inframundo. 

Pizzi triunfó en su regreso a la ciudad que renegó cuando vivió en ella. Adiestrador de la despiadada fiera que ruge en la cima (18 puntos). El Toluca volvió a apagarse, de rojo a gris. El León ha vuelto a reinar en su reino de tinieblas.