Selección Mexicana

Diego Cocca, el hombre que habla

El técnico de la Selección Mexicana dedica más de hora y media a platicar con sus jugadores en el vuelo rumbo a Surinam.

Paramaribo, Surinam

El viaje no es precisamente corto. Hay tiempo para pensar, para reflexionar, para hablar… porque cuando se trata de expresar ideas en la construcción de un nuevo proyecto, pareciera que ningún espacio está de más. Diego Cocca recién toma a la Selección Mexicana. El jueves dirigirá su primer partido. Y camino a Surinam, aprovecha para platicar con sus jugadores.

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Las comparaciones, dicen, son odiosas. A veces, sin embargo, surgen porque las circunstancias obligan. En el arranque de la era Cocca, una cosa han destacado los seleccionados cuestionados al respecto: su cercanía con el futbolista. Allegados al vestidor tricolor aseguran que cuando no está en concentración, haba con sus jugadores al menos una vez por semana, vía telefónica.

Ya cuando los tiene para trabajar, aprovecha cada espacio posible para continuar transmitiendo una idea futbolística que espera comience a reflejarse este jueves en Paramaribo, cuando visite a Surinam, por la Nations League de Concacaf. En otros procesos, la comunicación no era tan fluida. Y aunque eso no garantiza el éxito, sí es un detalle que gusta al jugador.

Este martes, Diego Cocca ha llegado al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles con una sonrisa cargada de sinceridad. La felicidad de comenzar su proyecto al frente de la Selección Mexicana no puede ser disimulada. Tampoco fingida. Genuinamente, está donde él ha querido estar, más allá de cualquier otra clase de polémica.

Al abordar el avión rumbo a Paramaribo, ha sido prudente para esperar la comida de los seleccionados. Pero en un viaje de poco más de seis horas, hay tiempo que se puede aprovechar. Y el argentino decide sacarla jugó transmitiendo ideas. Diego Cocca habla. Se acerca a tres jugadores en específico: Néstor Araujo, Johan Vázquez y Carlos Acevedo.

Platica con los tres al mismo tiempo. Ellos le escuchan con atención. El técnico no esconde su pasión. Gesticula, agita constantemente los brazos. A a distancia, se nota el entusiasmo con el que busca comunicarse con los seleccionados nacionales. Es el inicio del proyecto y es ahora donde deben quedar claras las ideas.

Y la plática se extiende. El otro portero en la delegación, Antonio Rodríguez, se une a la charla. Escucha con la misma atención. Pasa más de hora y media con ellos. Él de pie, recargado en el respaldo de un asiento. Ellos sentados, atendiendo las palabras del técnico de la Selección Mexicana. Ha llegado la hora de la cena. Sólo eso pone pausa (pues seguro ha de continuar) al discurso de Diego Cocca, el hombre que habla.