‘Chicharito’ provoca lágrimas en fans que fueron a firma de autógrafos
Javier Hernández convivió con fanáticos en una plaza en Guadalajara, provocando todo tipo de reacciones a quienes lo conocieron.
Con sus rizos rubios y los anteojos puestos, el pequeño se acercó a la mesa donde Javier Hernández llevaba ya un buen rato repartiendo autógrafos, sonrisas y fotografías. La inocencia y la ilusión de estar frente al ídolo se asomó enseguida: “Quiero ser como tú”. Y el Chicharito respondió con la madurez de un ser humano que ha evolucionado para comprender lo importante que puede ser para sus fans: “Mejor, vas a ser mejor que yo. ¿Ok?”.
El flamante refuerzo de Chivas convivió este miércoles con 200 afortunados aficionados que tuvieron la oportunidad de estar cerca de él. Javier Hernández emocionó hasta las lágrimas a varios de sus fanáticos. Algún otro, incluso le pidió firmar en su piel para saliendo del lugar dirigirse directo al tatuador que habría de dejar para siempre grabado el momento.
Uno a uno, atendió a todos. No dio 200 autógrafos. Firmó una infinidad d veces. Todos llevaban dos o tres camisetas para ser estampadas por el ídolo. De Chivas, del Real Madrid, del Manchester United, del Bayer Leverkusen, del Galaxy… todas las firmó. Alguien llegó con una del Manchester City. “Esa no me dan muchas ganas de firmártela”, bromeó el atacante.
En la fila, Marcela ya estaba temblando antes de llegar ante la presencia de Javier. Le firmó su camiseta. Lo hizo reír cuando le cantó. Se tomó una fotografía. La emoción le desbordaba. “Desde chica he querido conocerlo, hoy que vino es una emoción muy grande para mí. Sentí mucha emoción, demasiada emoción. Siento que es un sueño cumplido. Fue muy bonito, la verdad. Superó lo que me imaginaba. Todavía sigo temblando, no puedo creer que lo tuve cerca, que me pudo firmar. Es un sueño la verdad”, dijo.
“Le dije que tenía una canción para él, es una de los Tucanes de Tijuana, la de ‘Mi amor platónico’. Esa se la canté, un cachito. Me dijo que sí la había escuchado y le pedí que cuando la escuche, se acuerde de nosotros. Fue una experiencia increíble y ojalá se pudiera repetir”, agregó la aficionada del Rebaño Sagrado, con lágrimas que asomaban ante la emoción de conocer al Chicharito.
No fue la única. Enseguida un pequeño también llegó hasta las lágrimas. No podía contenerse frente al máximo anotador en la historia de la Selección Mexicana. “¿Qué pasa, qué pasa?”, le dijo. El niño no podía articular palabra. “¿A poco tan feo me puse que ya te asusto? Entonces, mejor me voy a dejar crecer el pelo”, bromeó Javier Hernández.
Siempre de buen ánimo, tuvo una sonrisa para cada persona que se acercó. Firmó todo lo que le pidieron, recibió regalos: unas flores, un pequeño muñeco de estambre vestido de rojo y blanco, varios dibujos realizados por niños. También se conmovió cuando un aficionado le entregó un balón para que se lo autografiara. Vio en el esférico la rúbrica de su abuelo: Tomás Balcázar.
Y decir que firmó todo lo que le pidieron es en el más estricto sentido literal. También autografió el brazo izquierdo de Christian, muy cerca de la muñeca. Saliendo del evento, tenía ya cita con un tatuador. “Antes de que se borre. Le dije que un grande como él vale el tatuarse. Me voy a tatuar la firma y todos los equipos donde ha jugado. Lo admiro por todo lo que representa para Chivas y para México”, explicó.