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De trabajos domésticos a estrella televisiva: así fue la niñez y el salto a la fama de esta gran referente mexicana

La actriz de Televisa fue forjada en la adversidad, donde el trabajo y la esperanza fueron sus mejores aliados.

De trabajos domésticos a estrella televisiva: así fue la niñez y el salto a la fama de esta gran referente mexicana
Nacido en la Ciudad de México en 1994, tiene amplia experiencia como redactor web. Ha trabajado en medios como Por Esto!, Grupo Imagen y Ovaciones. A lo largo de su carrera, tuvo la oportunidad de cubrir eventos deportivos como Juegos Olímpicos y Mundiales de fútbol. Su pasión se centra en el fútbol y la Fórmula 1.
Ciudad de México Actualizado a

La niñez de María Sorté, una de las actrices más reconocidas de las telenovelas mexicanas, estuvo marcada por la carencia, la pérdida y una enorme responsabilidad desde temprana edad. Antes de brillar en la pantalla chica, su vida fue una lucha diaria por sobrevivir en medio de condiciones adversas que forjaron su carácter.

El momento más difícil llegó con la muerte de su padre, un comerciante de origen árabe y reputación trabajadora. Su fallecimiento dejó a la familia sin sustento y desató conflictos por la herencia, ya que aparecieron hijos no reconocidos, obligando a su madre a dividir la única propiedad que dejó: una casa. Esta situación afectó directamente la estabilidad económica y emocional de la familia.

Con una madre sola y sin ingresos, María y sus hermanos tuvieron que afrontar las consecuencias del abandono. Su madre, sin más remedio, salió a trabajar para mantener a los hijos, enfrentando una dura realidad. En palabras de la actriz: “Mi papá había dejado una casa. De repente salen otros hijos. La casa se tiene que dividir. No tenía medio de subsistencia y ella a trabajar”, recordó durante una entrevista con Yordi Rosado.

María Sorté creció en un hogar con 10 hijos, después de que su madre iniciara una nueva relación. “No había tele en Ciudad Camargo”, comentó, reflejando la falta de comodidades. Desde pequeña aprendió que debía trabajar además de estudiar. “Ayudaba en una casa. Barría, hacía lo que fuera”, confesó. Por su labor, recibía fruta como pago, que representaba su forma de ayudar en casa.

“Regresaba con una cosita donde guardas fruta y ya me sentía la proveedora”, narró con orgullo y humildad. Para Sorté, ayudar en casa era un acto de amor y compromiso, no un sacrificio. Mientras otros niños jugaban, ella aportaba lo poco que podía para apoyar a su madre, quien luchaba sola por sacar adelante a tantos hijos.

“Fue una situación económica muy difícil para mi mamá. Imagínate, luchando sola contra el mundo para sacar adelante a todos los hijos”, subrayó Sorté. Estas vivencias marcaron profundamente su visión de la vida, enseñándole desde muy joven el valor del esfuerzo y la solidaridad familiar.

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Hoy, la historia de María Sorté muestra la otra cara del éxito: la que no se construye con privilegios, sino con fortaleza y perseverancia. Su infancia complicada no impidió que se convirtiera en una figura emblemática de la televisión mexicana, dejando claro que la resiliencia puede transformar cualquier destino.

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