Así lucía Sasha Sokol cuando inició su carrera en Timbiriche
Una mirada al pasado de la icónica cantante en medio de un presente que exige justicia.


Antes de convertirse en una de las voces más representativas del pop mexicano, Sasha Sokol era apenas una adolescente de rostro angelical, mirada intensa y una presencia escénica que desbordaba energía y elegancia. Cuando debutó con la agrupación ‘Timbiriche’ en 1982, tenía tan solo 11 años. Su cabellera castaña, sonrisa tímida pero segura, y una actitud que combinaba inocencia con profesionalismo, le permitieron convertirse rápidamente en el alma del grupo juvenil que marcó a toda una generación; sin embargo, también vino con desencantos.
Su imagen de entonces resulta hoy aún más poderosa si se mira bajo la luz de las recientes revelaciones sobre el entorno en el que creció. Aquel uniforme colorido de escuela que lucía en los escenarios (símbolo del concepto original de Timbiriche) contrastaba con la complejidad de una industria del entretenimiento donde los límites entre la niñez y la adultez muchas veces se desdibujaban peligrosamente.
Pero... ¿Cómo lucía Sasha cuando inició con Timbiriche?
Sasha no solo era talentosa; también era observadora, disciplinada y, según sus compañeros de grupo, la más perfeccionista. Su voz, más madura de lo que su edad sugería, le dio un lugar destacado entre los integrantes originales junto a Benny Ibarra, Mariana Garza, Diego Schoening, Alix Bauer y Paulina Rubio. En las portadas de revistas juveniles de los años 80, Sasha aparecía siempre con una estética cuidada, donde la moda de la época (los flecos, el delineador marcado, los chalecos de mezclilla) se mezclaba con su aura de estrella en formación.

Pero el tiempo ha revelado que esa etapa de brillo también ocultaba sombras. En los últimos años, Sasha ha alzado la voz para denunciar el abuso y la manipulación que sufrió en su adolescencia a manos de un adulto en posición de poder, Luis de Llano. Su testimonio ha sacudido a la opinión pública no solo por lo crudo de sus palabras, sino por la valentía con la que ha roto el silencio. Esa misma Sasha que en los 80 cantaba sobre el amor juvenil, hoy exige responsabilidad, reparación y conciencia.

Noticias relacionadas
Volver a ver sus imágenes de infancia en Timbiriche ya no tiene el mismo efecto. Ahora, cada fotografía cobra un nuevo significado: es testimonio de una niña que cargaba con un talento inmenso, pero también con un peso que nunca debió haberle tocado. Así lucía Sasha Sokol cuando empezó su carrera: brillante, radiante y fuerte. Hoy, luce igual de poderosa, pero con una voz que no solo canta, también denuncia. Y eso, quizá, sea su legado más importante.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.
Rellene su nombre y apellidos para comentar