Ocho

Un apellido

Hay un nombre y un sobrenombre que lleva un rato sonando en los medios: “El Cruz Azul de Anselmi”. A este equipo le han puesto el apellido de su entrenador como sucede con los grandes cuadros: la Gioconda de Da Vinci, el Guernica de Picasso, los Girasoles de Van Gogh, el Milán de Sacchi, el United de Ferguson o el Barça de Guardiola; todos ellos dueños de estilo y sobretodo, de un lugar en la historia: son cuadros de época. Para darle apellido a un equipo de fútbol hay que dominar, como mínimo, un lustro o una década. Pero ya sabemos que el fútbol mexicano mide el tiempo en Liguillas y no se divide en épocas. De momento Anselmi pinta bien.

Parecidos razonables

Paulinho, con 32 años de edad, no tiene tiempo para superar a José Cardozo, mucho menos lo hará olvidar. Su objetivo es otro: darle un campeonato al Toluca que termine con 14 años de soledad. En el fútbol hay dos tipos de delanteros: los que hacen goles y los que hacen campeonatos, Cardozo hacía los dos. Pero este tiempo pertenece a Paulinho y por lo tanto tiene una oportunidad: convertirse en otro jugador histórico del Toluca, que tiene muchos, haciendo los goles en el momento justo. Toluca llegará tan lejos como su delantero quiera y pueda: Paulinho no es Cardozo, pero se parece. La pregunta es si este Toluca también se parece a aquel.

Extragrandes

América siempre es candidato al título, pero no siempre es candidato a Tricampeón, una etiqueta que cuelga de tres camisetas “XL”: la del Guadalajara de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, la del Cruz Azul de los setenta y del América de los ochenta. En lo tres equipos de talla grande, existe una dimensión que no se percibe hoy: quizá sea el tamaño de los torneos, largos contra cortos, lo que impide apreciar el tiempo: un Tricampeón en aquellas épocas duraba tres años, ahora puede durar año y medio nada más. En cualquier caso no existe sensación legendaria alrededor de este América que busca el tricampeonato; hay una poderosa razón estadística, es verdad, pero no se siente, ni se contagia esa tensión que antecede a los momentos históricos. El tiempo es sabio y pondrá al América del 2023-2024 en su lugar.

Pesos

Sobre Monterrey hay un peso que no es histórico, ni deportivo, ni social, sino económico: más incómodo y menos rentable de los demás. En la medida que las futuras versiones de Rayados sean un mejor equipo y no un equipo más caro que el anterior, empezaremos a hablar más de fútbol y menos de dinero cuando hablemos de Monterrey. A este equipo se le ha metido en una bolsa de valores distinta al resto: cada torneo nos preguntamos cuánto valen, cuánto cobran, cuánto venden y no cómo juegan. El problema de los equipos muy caros es que damos por descontado que son muy buenos. No siempre es así, aunque el dinero ayuda, también ahuyenta uno de los factores deportivos más elementales: el hambre.

Tigre de la Galia

Las grandes estrellas son capaces de cambiar un partido, los grandes cracks son capaces de ganar títulos, pero las grandes leyendas son capaces de cambiar la historia de un equipo. No importa cuántos años tenga Gignac, ni cuántos le queden jugando, su influencia en el juego sigue siendo uno de los factores más determinantes en las fases finales del fútbol mexicano. Hay momentos en la carrera de un jugador en los que el estado emocional es más importante que el estado físico, Gignac está entero de la cintura para arriba: mientras su carácter, su genio y su personalidad se mantengan, Tigres seguirá siendo favorito.

Luz y piedra

Hay estadios pesados, estadios que pesan y estadios que cargan: Ciudad Universitaria, hecha de luz y piedra, soporta el peso de un equipo, el peso de la historia y el peso del tiempo; que no son los años, sino la sabiduría. Las noches de Liguilla en CU tienen un poder especial, multiplican el valor de su equipo, el espíritu de sus jugadores y el temor del rival. Visitar el Olímpico en estas fechas es un viaje a las tradiciones del viejo y aguerrido deporte estudiantil: un ambiente que solo la comunidad universitaria es capaz de entender. Hace tiempo que el jugador más determinante de los Pumas es CU.

El clandestino

La Liguilla siempre tiene un equipo favorito, un equipo grande, un caballo negro y un equipo clandestino: es el caso del Atlético San Luis. Sin las presiones del favorito, las tensiones del grande y las dimensiones del caballo, San Luis jugará la fase final metiéndose por las rendijas de los partidos, las ventanillas de los rivales y los pasadizos del fútbol. No tiene el papel de víctima, sino el cartel de victimario, Tigres no debe tenerle miedo pero sí mucho respeto: este Atlético de bolsillo tiene una enorme cultura de barrio.

El pacificador

Tijuana eligió un buen entrenador, miró el tiradero, analizó las causas del desorden, desempolvó el manual del juego y buscó un hombre metódico; Juan Carlos Osorio llegó a Tijuana para darle a Xolos algo que no tenía: armonía. En poco tiempo puso de acuerdo a la táctica con la técnica, a la estrategia con la disciplina y al futbolista con su trabajo, en pocas palabras se dedicó a entrenar. En su primer torneo metió a Tijuana en la Liguilla, parece poca cosa, pero una vez dentro, Osorio sabe que todo puede volver a pasar.

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