Les dejo una historia que no debemos repetir
Soy de quienes han repetido que hay que darle el puesto de entrenador nacional a un mexicano y por todas partes se habla respecto a la “urgencia” de refrescar la lista de futbolistas que porten la camiseta nacional. Esos dos puntos me hicieron pensar en un escenario muy parecido, que no terminó nada bien: el Mundial de Argentina 1978.
Primero, insisto en que uno de los problemas que tenemos como país, más allá del futbol, es no creer en el talento nacional y apostar siempre por alguien formado en el extranjero y que venga con un pomposo CV, sin conocer nada de México. Pero, tampoco se trata de hacerlo por decreto, pues así no salen las cosas.
A finales de los 60, lo recuerdo perfecto, la televisión tenía un peso muy importante en el comportamiento de la población, más aún a mis 12 añitos. Si doña tele me decía “cree”, yo creía con toda mi alma y corría a comprar todo lo que pusieran a la venta, con los colores de nuestros amados tricolores. Recuerdo haber estado de acuerdo cuando nos explicaron por qué un entrenador mexicano como José Antonio Roca, que ganó un perfecto premundial en casa un año antes, había decidido transformar la imagen de México con una generación de jóvenes talentosos hechos en casa.
En esa lista de 22 convocados por Roca, con un promedio de edad de solo 23.9 años, figuraban las futuras estrellas de la naciente potencia de América.
El portero titular, Pilar Reyes (Tigres) tenía 22 años; nuestro delantero estrella, Hugo Sánchez, que ya se daba sus primeras volteretas con los Pumas, llegó de 20 años a la Copa Mundial; los americanistas Cristóbal Ortega, Pedro Soto y Alfredo Tena, 21, 24 y 22, respectivamente; Enrique López Zarza, de Pumas, 20 y Víctor Rangel, de Chivas, 21.
Otro detalle importante
También se insiste en mandar a Europa a toda la Liga Mx, porque solo así podemos aspirar a pelear por levantar una Copa, pero luego recordaremos que Hugo Sánchez, ídolo por su maravillosa carrera con el Real Madrid, no logró trascender con el Tri en Copas Mundiales y que aunque Rafa Márquez, estrella del Barcelona, es el futbolista mexicano con más participaciones en estos juegos, con 19, tampoco ayudó a cambiar la historia. Ni Andrés Guardado, ni Carlos Vela, ni Javier Hernández.
En cambio, cuando se trabajó con un equipo de la Liga Mx, se pudo hacer una preparación más larga y a la postre más efectiva, como la de 1986, la única ocasión en que el Tri pudo disputar el quinto juego de una Copa Mundial y que, por cierto, no perdió ante Alemania en 120 minutos de partido.
En resumen
El tema no es que el próximo entrenador nacional sea mexicano sino que conozca el futbol mexicano y su idiosincrasia. El asunto no es que jugar en Europa te entregue el boleto a la Final de un Mundial y, aunque ayuda, el proceso de trabajo es lo que te llevará más lejos. Por último, no es que al Tri le urja una renovación y bajar radicalmente el promedio de edad, sino trabajar mejor con la captación y desarrollo de los jóvenes valores, al tiempo que se aprovecha a los mejores elementos de 30 años o poco más, sin permitir que los inamovibles terminen secuestrando al equipo.