James el jugador de la presión
Más allá del boom mediático, del reflector y la ilusión que puede hacer un anuncio de ese tamaño, ante la noticia destaco dos cosas muy buenas.
En primer lugar el León está demostrando y siendo muy coherente con las medidas que tiene que tomar un club para poder estar en boca de todos. No están descubriendo el hilo negro, porque una figura, aunque esté en el ocaso de su carrera, siempre será noticia; tan así que es de lo que se sostiene la MLS, porque de fútbol, no.
James se dio a conocer en el Mundial de Brasil 2014, no solo como el máximo goleador, sino que nadie olvidaremos el golazo que le marcó a Muslera. A partir de ahí, se hizo figura, porque en el Mónaco no era un jugador que pintara y antes, todavía menos. Sin ser una necesidad deportiva, llegó al Madrid, donde también pasó bastante desapercibido, sin embargo, en su paso por el club blanco, seguía brillando con Colombia ¿Porqué?
Con su selección era ídolo, referente, el peso del equipo caía en el 10, los demás lo acompañaban. En el Madrid, era uno más, sino es que uno menos, llegó a sustituir a un jugador que no necesitaba reemplazo. James es de esos deportistas que necesitan la presión, se alimentan de ella y con ello crecen como monstruo, ante eso ningún rival parece grande. Es muy evidente, porque para mí ha sido una constante en la carrera del futbolista colombiano.
Eduardo Berizzo será en el encargo de leer la situación y explotar lo que James todavía tiene por dar. Creo que el fútbol mexicano, su público, la expectativa y el plantel de León son los ingredientes perfectos para que podamos volver a ver a un delantero que nos enamoró hace 10 años y que nunca volvió a ser lo que en aquel Mundial prometio, porque James es el jugador de la presión.
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