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Ciudad de MéxicoActualizado a

Recién pude ver la primera entrega de Tercer Grado Deportivo (mucho trabajo) y me resultó una muy interesante propuesta de Televisa, al menos para hacer como que hacen algo por el futbol.

Escuché a David Faitelson decir que no se ha hecho nada importante para cambiar, para bien, al futbol nacional; a Javier Alarcón señalar a Emilio Azcárraga como el máximo responsable de tener estancada a la Selección Mexicana (le aplaudo que pooooor fiiiiin se diera cuenta; más vale tarde que nunca), y a André Marín calificar a la actual crisis balompédica, como “la peor de todos los tiempos”, una enorme exageración, pero que no viene al caso discutir, pues basta con tratarse de una crisis real, para ponerse a trabajar de inmediato en las mejoras pertinentes.

No faltará quien piense que solo se trata de otro show, de más perdedera de tiempo para tenernos hablando de futbol, aún en sus horas más bajas, pero yo creo que los comentaristas sí que pueden ayudar a cambiar las cosas. Claro, claro, no será pidiéndole a Emilio o Ricardo que sean buenos muchachos y piensen más en el bien popular que en sus abultadas carteras. Sino haciéndole ver a la gente que ellos, solo ellos, como pasa en la política, con los votos, son quienes tienen el control para cambiarlo TODO.

En una entrevista concedida al Diario El Nacional, en 1993, Emilio Azcárraga Milmo, el famoso Tigre, entregó una de sus más célebres frases: “México es un país de una clase modesta muy jodida… que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil”.

Treinta años después, su heredero hace futbol para ese mismo jodido sector, que no aspira a más que a ilusionarse y decepcionarse cada cuatrienio.

Es entonces la “jodida” afición mexicana la que tiene la sartén por el mango y no se ha dado cuenta que, al rechazar esa vieja novela de los ochenta, podría comenzar un cambio profundo en el deporte más popular de México. Treinta años después de aquella frase, la televisión abierta ya no manda, llegaron las OTTs (over-the-top) o servicio de transmisión libre vía streaming, como Netflix, HBO o Prime, y Televisa tuvo que lanzar Vix para intentar competir en un nuevo mercado que ya no consume lo que sea.

Lo mismo pasará con su querida Liga Mx, la Selección, el América o las Chivas. Serán fuertes si se ponen a la altura del resto de la oferta deportiva global. Y no digo que puedan ir por los Messis o los Cristianos, digo que encuentren formas de competir con historias más divertidas, más aguerridas, de mayor corazón, que logren encender la llama del aficionado, que cada año se apaga más.

El fan no tiene que renunciar a verlos, debe rechazar que lo traten más como un jodido que no tiene criterio y debe consumir por obligación lo que le den, porque es “lo nuestro”.

Yo espero que los fans poco a poco sean quienes obliguen a los dueños del balón a tomar las decisiones correctas, regresar el ascenso y el descenso; borrar del mapa al mediocre Repechaje; reducir el número de extranjeros y subir la calidad de los mismos; bajar el salario de los futbolistas para invertir más en la calidad de los escenarios deportivos y sus servicios, y otros puntos que son urgentes, hablando solamente de la Liga Mx.

El Tri, que es la gallina de los huevos de plata, se maneja aparte y ahí habría que dejarle el control a un externo, independiente y profesional, que se dedique a entregar resultados a los dueños de los clubes, sin que necesariamente estos tengan que jugar a que le saben.

Futbol para jodidos

De salida

Quienes hace rato nos dimos cuenta de las necesidades del deporte profesional mexicano llevamos años invirtiendo tiempo, viajes, dinero e ideas en otros escenarios, como el beisbol. Si no se han dado el tiempo, les juro que se están perdiendo de mucho. Y si no quieren soltar su gusto, sólo les diré que ninguna relación funciona solamente dando, sin pedir.

Así eran los taurinos y hoy ya casi no quedan.