Adiós muchachos
Se acabó Qatar 2022, un Mundial que vio levantar a Argentina su tercera Copa del Mundo y que le dio a Lionel Messi su primer título mundial y, de paso, el derecho a ser considerado el mejor jugador del planeta. Al menos desde Pelé y Maradona.
Después de un mes que nos tuvo atentos al televisor, la radio, los sitios informativos, para no perder detalle de la copa del desierto, ¿por qué otros temas recordarás este polémico torneo? Yo me arranco con los míos:
Este Mundial lo recordaré, sobre todo, como la Copa del “se los dijimos”, pues miles de fans y gran parte del periodismo, sobre todo los que no tenemos derechos y somos libres de expresarnos, sabía que México no iba a llegar muy lejos bajo la dirección de Gerardo Martino, que terminó por cortar una orgullosa racha mexicana y dejarla en siete Mundiales consecutivos accediendo a los Octavos de Final.
Lo recordaré por el coraje que hice al ver la falta de fe que le tuvo el famoso “Tata” a su selección, forzándola a jugar contra su estilo, durante 60 minutos, ante Argentina. Martino admiraba a los de Lionel Scaloni y los veía campeones; ahí no se equivocó, pero México tenía para haberles dado más pelea, tal como lo hizo Arabia Saudita, única selección capaz de ganarle a la albiceleste en este evento.
Luego se me viene a la cabeza el golazo de Luis Chávez contra Arabia Saudita, por cierto el disparo más potente de todo el Mundial.
Por la “Camel Flu”, virus que se regó por toda la tierra del Mundial y nos afectó a la mayoría de los periodistas acreditados para esta Copa, a muchísimos fans que hicieron el viaje, a los voluntarios y hasta a los jugadores. Y si no lo creen, habrá que preguntarle a Francia por qué no pudo jugar la Final al nivel que se requería.
La Copa del abuso en los “derechos” de televisión, porque es verdad que si no se paga nadie debería aprovecharse y utilizar imágenes de los juegos y en una de esas hasta de las entrevistas oficiales, antes de los juegos. Pero apenas llegamos se nos advirtió que no debían hacerse videos dentro y fuera de los estadios, ni viendo a la tribuna ni con fondo de un logo o colores del evento. Una locura. Y si siguen así le afectará, por la falta de difusión, a los que pagan cantidades bestiales por tener esos derechos.
El Mundial del orgullo musulmán y africano, gracias a la histórica participación de Marruecos, que avanzó como primer lugar de grupo con dos victorias y un empate; que despachó en Octavos a España (en penaltis) y en Cuartos a Portugal, para terminar eliminado por Francia y vencido por Croacia, quedándose con la cuarta posición.
Al mundo árabe, quitando a Qatar, le fue bien con las victorias de Túnez y Arabia e Irán; los primeros ante los finalistas, Francia y Argentina.
La Copa de los acarreados, que aparecieron en casi todos los escenarios y lograron superar la marca de más boletos vendidos de un Mundial, que tenía Rusia, en 2018.
De los estadios desmontables y reutilizables, entre los que se encuentran el 974, que ya comenzó a ser desmantelado; el Al Bayt (el de la inauguración), que utilizarán para instalarle hotel, campo de golf, centro comercial y acceso a una privada.
El hermoso estadio Lusail, donde se jugó la Final, tendrá un futuro similar, integrado a la comunidad con departamentos, hotel y centro comercial, pero sin muchos juegos de futbol.
Quienes recorrimos sus calles, lo recordaremos por los voluntarios que coreaban con el altavoz “Metro… this way” para señalarte la ruta al transporte colectivo.
Pero, sobre todo, lo recordaremos por ser el Mundial de las grandes sorpresas y también de las grandes sospechas. Así, sin más, el futbol al mayor nivel seguirá señalado, cuestionado, golpeado, pero recuperará a esos millones de fans por todo el mundo cuando ruede el balón en canchas de México, Canadá y Estados Unidos, posiblemente entre octubre y noviembre de 2026.
Gracias por seguir estas y el resto de las colaboraciones que hicimos durante más de un mes, solo para ti.