Los Patriots no necesitan presentación: es la mayor dinastía de la historia del deporte americano. Esta será la novena aparición de la franquicia en la final, más que ningún otro equipo en la historia, la séptima de Tom Brady, también más que ningún otro jugador, y la novena de Bill Belichick, que se convertirá en el entrenador con más finales. Y esas son sus dos únicas estrellas: su entrenador y su quarterback. Alrededor de Bill Belichick y Tom Brady vuelve a orbitar un vestuario formado por jugadores desechados por otros equipos, tipos sin pedigrí ni brillo convertidos en máquinas de jugar al football. Hasta el punto que su segundo mejor jugador, Rob Gronkowski, lleva lesionado más de dos meses y se perderá la final, pero a casi nadie le importa.
Patriots es la mayor franquicia de la historia, pero un dato habla claramente de su filosofía: solo tiene dos estrellas, Brady y Belichick
Al grito de “do your job!” (“Haz tu trabajo”, el lema de la franquicia) y con la filosofía del “next man up!” (“¡Que pase el siguiente!”), quien sustituye a un lesionado rinde también al máximo nivel sin importar quien sea. Con esas dos frases motivadoras, y la afición entonando el “Don’t want to lose your love tonight”, cántico de guerra en los momentos clave de los partidos, los Patriots han conseguido poner en marcha el segundo mejor ataque de la temporada y la defensa que menos puntos encaja.