Es la Super Bowl, el mayor acontecimiento deportivo en los Estados Unidos de América. El día de los millones de hamburguesas, pizzas, burritos y cervezas. Cuatro horas largas que ya se han convertido en fiesta ineludible en medio mundo.
El partido de los partidos. El tradicional absentismo laboral del lunes siguiente en Norteamérica poco a poco se va convirtiendo en epidemia planetaria. Las ojeras como persianas han llegado a las cuatro esquinas del mundo. ¿Es que todo el mundo se está volviendo loco? ¿Cómo es posible que ese deporte extraño, en el que unos tipos acorazados se chocan, caen al suelo, se levantan, descansan durante unos segundos, y vuelven a chocar con la misma violencia, esté conquistando el globo? Los incondicionales se multiplican año tras año. La NFL, una competición deportiva sin esclavismos ni dependencia de ninguna federación internacional o institución superior, se ha dado cuenta de la popularidad que está alcanzando, y ahora quiere ganar mucho dinero también fuera de las fronteras estadounidenses. Londres y México ya albergan partidos de temporada regular y la expansión puede llegar mucho más lejos.
El tradicional absentismo laboral del lunes siguiente en Norteamérica se va convirtiendo en epidemia planetaria
Los 32 propietarios de la NFL lo tienen muy claro. Su competición está para que la gente disfrute, pero sobre todo para ganar dinero. Y lo curioso es que ambos objetivos se complementan. Cuanto más apasionante es cada partido, cada temporada, mayores son los beneficios de una liga en la que hay límite salarial. Todos tienen el mismo dinero para gastar, todos parten en igualdad de condiciones, todos pueden levantar el deseado trofeo Lombardi. Y nunca se invierte por encima de los beneficios. Aquí no existen los números rojos o las inversiones arriesgadas. No se trabaja con crédito, sino con dinero contante y sonante que proviene de miles de millones de dólares en derechos televisivos, merchandising, entradas…
Los billetes salen a borbotones y casi todas las franquicias están en la lista Forbes de las 50 instituciones deportivas más ricas del planeta. La NFL gana dinero con cualquier idea que pueda dar un dólar, por peregrina que parezca. Mientras tanto, 32 equipos ávidos de gloria, dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para disputar el gran partido, convierten esta liga en una de las más competitivas del mundo. Es la Super Bowl. El mayor acontecimiento anual del deporte americano y una máquina de hacer dinero. Si nunca ha visto un partido de football americano, no lo dude, este es el momento. Si conoce ya el deporte, le recomiendo que vea el partido con un casco puesto. Nunca se sabe de dónde puede salir un golpe… incluso dentro del salón de su casa.